Compendio de las imágenes que forman parte del libro: “Schola veritatis”, atribuido al legendario Basilio Valentín y que describen el proceso del gran arte de la alquimia. Edición de Raimon Arola basada en su libro, “La cábala y la alquimia en la tradición espiritual de Occidente. Ss. XV-XVII.
Una de las más fascinantes derivaciones del saber taoísta es la alquimia, un arte que en principio no se relacionaba con el Taoísmo pero que más adelante adaptó sus teorías. El autor de este texto es Jordi Vilà i Oliveras, (co-autor de la última edición del «Yijing» o «Libro de los cambios» publicada por Atalanta)
Las imágenes que siguen pertenecen al manuscrito de Jaros Griemiller de Trebskor, Praga, 1578, y son una bella copia del tratado alquímico titulado «Rosarium Philosophorum» Las acompaña un comentario de Raimon Arola extraido de su «Alquimia y religión».
Dos fragmentos inéditos de la obra atribuida a Paracelso ‘De secretis creationis’, que tratan de la «física sagrada que tiene por objeto el cuerpo mismo de Dios». Traducción y edición de Hans van Kasteel.
Un capítulo de la «Física y metafísica de la pintura» de Louis Cattiaux con un comentario de Raimon Arola. Pinturas de Cattiaux, «El árbol de Navidad» y «El mercurio campestre»
El simbolismo alquímico y su relación con el arte de la memoria renacentista a partir de la figura mitológica de Proteo. Imágenes del Bosque sagrado de Bomarzo. Artículo de Lluïsa Vert
Artículo de Juan Garal en el que se estudia la sentencia “Uno es el Todo” a partir de los primeros textos alquímicos conocidos.
Lectura simbólica de un jeroglífico de Louis Cattiaux destinado a ilustrar el capítulo de El Mensaje Reencontrado que lleva por título «La tierra viva». Raimon Arola
Presentación del primer capítulo del ‘Tai-I-Gin-Hua-Dsung-Dschi’ (El secreto de la flor de oro) con un resumen visual de otro antiguo tratado titulado ‘Xin-Ming-Gui-Zhi’ (Principios de la innata disposición y de la existencia), no editado en castellano. Edición de Raimon Arola y Lluïsa Vert.
Texto e imágenes del comienzo del libro de N. Flamel, «El libro de las figuras jeroglíficas», donde el autor explica cómo descubrió los secretos de la alquimia gracias a un cabalista.