Al igual que los filósofos alquímicos no tenían ningún problema en utilizar en sus tratados fragmentos de otros compendios anteriores, o incluso de autores mucho más antiguos, citándolos o, muchas veces, sin citarlos, pues consideraban que las palabras de estos filósofos siempre estaban dictadas por Hermes Trismegisto, el repertorio iconográfico se copiaba y se reproducía con pequeñas variantes según la destreza del artista, pues, por sí mismas, las imágenes constituyen un discurso perfectamente articulado. Por eso, presentamos las láminas de la Filosofía Hermética de Federico Gualdi con un breve comentario, resumen de los versos que a ellas se refieren y que explican las distintas fases de la Gran Obra. Al final incluimos una pequeña reseña sobre el autor.
Capítulos del 1 al 4
Al principio se advierte al lector de aplicar convenientemente el don del Omnipotente, si no se quiere ser privado de la bendición divina, pues el divino Hermes solo concede este don a los temerosos de Dios y verdaderos cristianos.
Capítulo 5. FIGURA I
Del caos tenebroso que contenía todos los elementos y los poderes animal, vegetal y mineral estaban confundidos, el Todopoderoso hizo el cielo y la tierra y todas las criaturas, este es el caos que se debe buscar según muestra la figura.
Capítulos del 6 al 9
Aquí se anuncia el compuesto milagroso que es la Piedra universal. Del caos debe separarse lo puro de lo impuro. De esta separación surgirá el agente universal, el húmedo radical o el dragón babilonio.
Capítulo 10. FIGURA II
En ella se muestra la Gran Obra cuando Marte se une al león y el mercurio encuentra su punto. Cuando la doncella Beya tomará por marido a Gabrizio.
Capítulo 11. FIGURA III
Aquí se muestra que Beya y Gabrizio deben estar unidos. Plata y oro pasarán de la potencia al acto cuando el sol, la luna y el agua mineral se unan.
Capítulos del 12 al 13
Se habla de la conjunción del oro purificado con el mercurio no vulgar. El espíritu agente y la luna producirán el azufre.
Capítulo 14. FIGURA IV
En esta figura se muestra el fuego secreto necesario para obtener lo que quieren naturaleza y el arte. De azufre marciano, antimonio y agua mineral está compuesto.
Capítulos del 15 al 17
Este fuego que nutre y no devora se encuentra en el mercurio, es un agua seca. Sol, mercurio y luna, de esta sustancia trina debe hacerse una.
Capítulo 18. FIGURA V
No hay que añadir nada al triple compuesto. Luego los tres deben morir, fuego, aire y tierra, para convertirse en un agua como la nieve, manzana de oro, león verde. Han de morir para que de ellos surja el cuervo negro
Capítulos 19 y 20. FIGURA VI
Describe la putrefacción, con perseverancia debe separarse al cuervo alado, cuando el sol, la luna y mercurio se hayan juntado, y el cuervo se haya unido a su compañero, con el fuego vendrá la albificación.
Capítulos 21 y 22. FIGURA VII
Cuando se vea al cuervo hay que alegrarse, la obra está bien empezada. Si se deja actuar al tiempo y a la naturaleza se convertirá en el pavo real, pues del negro al blanco no se puede pasar de golpe sino mediante los muchos colores del pavo real.
Capítulos del 23 al 26. FIGURA VIIII
Pronto todo se convertirá en el color de la nieve, como una luna resplandeciente y llena, Hay que proseguir con paciencia la labor y, con la gracia de Dios, se adquiere el tesoro de la Reina.
Capítulos 27 y 28. FIGURA IX
Medicina blanca del primer orden que tras un determinado tiempo se convierte en un Rey rubicundo, pero antes hay que dejar a la Reina resplandeciente encerrada en una habitación transparente para que con un régimen de fuego potente, nazca el Rey.
Capítulos del 29 al 31
Esta es nuestra primera operación secreta. Nuestra tierra adámica roja y perfecta, la verdadera purificación de los cuatro elementos.
Capítulo 32. FIGURA X
Aquí se muestra el azufre y la tierra de los filósofos con el sol y las flores. Es un Rey fuerte y potente, un fuego glorioso, medicina del primer orden. Hay que pasar a la segunda putrefacción, superar de nuevo la muerte. Su cabeza la corta Mercurio.
Capítulos del 33 al 39
Todavía el azufre no puede teñir el agua ni convertirla en tierra. Faltan varias destilaciones e imbibiciones en las que el azufre pase por los tres colores. Al final aparece el Rey de la segunda operación, su potente virtud es la medicina de la larga vida.
Capítulo 40. FIGURA XI
Con la omnipotente medicina, Hermes prolonga la vida por medio de la muerte del Rey glorioso, por la segunda obra se accede a la cima de la multiplicación mediante siete imbibiciones y un fuego bien mesurado.
Capítulos del 41 al 46
Una tercera rotación se necesita, tres veces deben circular los elementos. En la primera aparece el azufre, en la segunda, el elixir es compuesto, en la tercera prosigue la fermentación y, después, la multiplicación.
Capítulo 47. FIGURA XII
El Rey con su semen regenerado puede multiplicarse infinitamente. Mediante las imbibiciones y consiguientes putrefacciones cada vez será regenerado y multiplicado por diez.
Capítulos 48 y 49. FIGURA XIII
Se exhorta a considerar la profundidad de la naturaleza, al igual que el grano se multiplica y madura con el trabajo del labrador, el sol y la luna, igualmente sucede en la obra con una buena cosecha puesta en un campo arado y con la bendición del cielo. La última figura muestra la tercera rotación y la multiplicación infinita.
Capítulos 50 y 51
Se insiste en seguir la vía de la naturaleza, ver como todo se multiplica en los tres reinos y al igual como el hombre y la mujer se unen, todas las conjunciones se deben al amor. Por último se recomienda el secreto.
O:A:N:D:G
♦
NOTA EDITORIAL
La filosofía hermética, de la que se conservan varias adaptaciones italianas, parece que formaba parte de una obra mayor titulada De lapide Philosophorum. De ella solo se conserva una copia del siglo XVIII.
En este caso, la autoría de esta serie de capítulos versificados, 51 en total, aparece clara. se trata de un misterioso personaje llamado Federico Gualdi. En cambio, su historia es cuanto menos extraordinaria. Se trataría de un alquimista del que se conserva un retrato pintado por Tiziano, el único problema reside en que Tiziano murió en 1576, mientras que se tiene constancia de que Gualdi o Galdi, vivió en Venecia en 1680 y que en aquella época los testigos afirmaban que aparentaba tener unos cuarenta años…
Se trata pues de una existencia mítica parecida a la de Cagliostro, del que se dice que fue su alumno, o a la del Conde de Saint Germain, al que según decía, conoció íntimamente.
♦
