Junto a «La Cadena Dorada de Homero», un libro fundamental de alquimia, queremos presentar también la colección «Tradición perenne» (Editorial Tritemio) que versa sobre los textos clásicos de la literatura, iniciática y hermética y sobre los estudios actuales del legado filosófico y religioso de las culturas clásicas. Edición R. Arola y L. Vert.

«LA CADENA DORADA DE HOMERO»

La cadena dorada de Homero – Los anillos de Platón (Aurea catena Homeri – Annulus Platonis) es una obra anónima escrita originariamente en alemán que vio la luz en 1723, y cuya edición estuvo a cargo de Anton Josef Kirchweger, miembro de la Orden de la Rosacruz de Oro y al que muchos señalan como su verdadero autor. Desde su publicación, se ha considerado un texto indispensable para el estudio y comprensión de la alquimia y del propio movimiento rosacruz, siendo ahora, la primera vez que se edita en castellano, incluyendo además sus tres partes.

El título de la obra sugiere una cadena aurea o una línea de transmisión, cuyo origen, según el autor estaría en Homero, recordemos que la Odisea o la Ilíada eran la Biblia de los griegos, pero más allá de esta cadena, el dibujo con el que comienza la obra seria una concatenación de diez símbolos de forma circular enlazados que remite a la emanación de los sefirot que son igualmente diez, o a la tetraktys pitagórica, los tres puntos superiores, referidos a la divinidad, y los siete inferiores iguales a los días de la creación. A la imagen la acompaña una explicación en verso de cada eslabón que reproducimos en negrita. También incluimos un resumen de la explicación de cada símbolo que proporciona el editor, Juan Carlos Avilés, en su prólogo pues nos parece muy esclarecedor.

 

EXPLICACIÓN DE LA FIGURA

El primer eslabón con un punto en el centro está acompañado del término Chaos y alude al Fiat, principio de la Creación. Este anillo se repite al final, en el sentido de la analogía entre el principio y el final, el punto central es el origen de todo y la circunferencia su expresión. También es el signo alquímico del oro

La cadena de Homero lo ha demostrado después de que el caos se disipara: se ha de forjar un espíritu volátil, que se llama espíritu del mundo

 

La segunda circunferencia con un radio vertical en la parte superior representa el primer principio masculino espiritual, o nitro espiritual, se trata de un agente movilizador ígneo y volátil, del cual estaría cargado el rocío, tan preciado por los alquimistas.

y pruina, rocío, nieve, lluvia y todo lo superior han de prometerle fiel compañía. Aquí se esconde la semilla volátil del mundo del reino superior cuando desciende; de ahí se anima un cuerpo cuando reluce ante nuestros ojos.

 

El tercer eslabón es el símbolo del Nitro alquímico y ácido corporificado, génesis del Azufre de los filósofos. Es conocido como el Spíritus Mundi, y también es la semilla germinal con la que todas las cosas habrían sido fecundadas, figurando así el principio arquetipo adámico evocado en el Génesis

El nitrum es conocido en todo el mundo, mas ¿quién es el que narra todas sus virtudes? Solo él será capaz de forjarlo, a él se someterá el reino inferior. Tampoco puede faltarle lo superior, pues ha de engendrar toda la naturaleza. He aquí el padre de todas las cosas que puede expugnar los fortines del mundo entero. Su fuerza le viene del Creador, su reino abarca cielo, tierra y mar; es el Adán de todas las cosas, y de él tiene que nacer también Eva. Y después llegará el fin cuando todo lo terrenal se proclame fértil: cuando se vuelva fijo y deje de relampaguear, y Eva se siente junto a él. Sol y luna, mar y tierra regresa a él mediante el continuo movimiento en Eva. Con calor y frío, con las constantes mareas resucita la tierra desde Adán.

 

El siguiente es el símbolo alquímico de la sal o el natrum, un Spiritus Mundi corporificado, fijo y alcalino. Es la expresión del arquetipo de Eva, madre de todas las criaturas. En el símbolo anterior el diámetro es vertical y aquí horizontal representarían el yin y el yang taoístas, el nitrum sería activo, mientras que el yin se asimila a la sal o natrum pasiva y maduradora.

Aquella que se llama sal y álcali alimenta con su sangre a los hijos del mundo: pues, cuando hombre y mujer se encuentran, se labra un fruto perfecto.

 

El quinto eslabón contiene los dos diámetros juntos formando una cruz. Indica la unión de los dos principios masculino y femenino que ha engendrado su progenie. El hijo aquí representado simboliza un ser con naturaleza doble, femenino y masculino, espiritual y carnal. El autor lo define como : «la primera materia de todas las cosas». También significa el ser humano arquetípico.

El ácido y la sal alcalina dan el gusto a cada caldo.

 

El sexto eslabón de la cadena es el símbolo alquímico del reino animal, el más volátil o móvil. El radio vertical por encima de la línea horizontal alude a la superioridad del movimiento sobre la materia inerte. Esto es lo que se observa en el reino animal cuya vitalidad es extraordinariamente dinámica

Tal lo demuestra el reino volátil de los animales, ni volátil ni fijo: recuérdalo.

 

El séptimo, con un diámetro horizontal y una pequeña línea vertical centrada es el símbolo del reino vegetal, hermafrodita como la gran mayoría de las fanerógamas. El hecho de centrar el trazo vertical representa que este reino es intermedio entre la pasividad del mineral y la actividad del animal, equilibrio entre lo fijo y lo volátil.

El hermafrodita vegetal demuestra también de qué fue labrado.

 

El octavo eslabón representa el reino mineral, el hecho de situar una linea vertical, activa por debajo de la horizontal, pretende evidenciar que la actividad energética se encuentra dominada y escondida tras su estabilidad

Las fijas tierra y piedra evidencian que suyo es el nitro y la sal. Fuego y aire, agua y tierra ansía de él su elemento eficiente.

 

El noveno anillo solo contiene el trazo vertical para evocar no la expresión material sino la actividad energética.

Si entonces se fija la noble semilla del mundo, portada a la tierra del vapor y del agua, entonces se habrá completado y consumado aquello que todo el mundo admira sumamente. En fijo ha de convertirse lo volátil, de vapor y agua volverse en terrenal, y ahí estará la roja sangre seca que es del mundo el mayor bien y tesoro.

 

El décimo y último eslabón es la imagen especular del primero y ambos son el símbolo alquímico del oro. El primero simbolizaría la luz aurea evocada en el divino «Fiat lux» inmaterial del principio. El último reflejaría la fijación perfecta de esta luz en la materia, cosa que para los alquimistas se vincula a la transmutación de los metales, aún imperfectos, en el incorruptible oro físico

Una combinación perfecta que elimina toda pobreza y enfermedad.

 

INFORMACIÓN DEL LIBRO

LA EDITORIAL TRITEMIO

Raimon Arola: «Me permito emplear una frase que quizá parezca un tópico para comenzar, pero que no lo es en absoluto, al contrario, es una gozosa realidad: “Nunca pensé que vería tantos libros amados traducidos al castellano”. La verdad es que al verlos todos juntos me he conmovido, por fin textos imprescindibles de la tradición hermética occidental traducidos al castellano. Por eso, hay que decir bien alto que la colección “Tradición perenne” es un compendio imprescindible de la alquimia en el sentido de la metempsicosis o nuevo nacimiento».

LA COLECCIÓN