Sesión del Seminario del Pensamiento hermético realizada por LLUÏSA VERT en el Ateneu Barcelonès el 12 de abril de 2024.

RESUMEN DE LA SESIÓN

Si bien el tema de la sesión se refiere a la astrología, comenzaremos hablando de la metanoia, o de la conversión, algo que nada tiene que ver con la racionalidad sino con la fe y que, sin embargo, es  imprescindible para pasar de la realidad profana en la que vive el ser humano a otra realidad, la sagrada, que está por encima y domina el destino astrológico. Se trataría en definitiva de cambiar el determinismo astrológico por la protección de la providencia, mediante un darse la vuelta, convertirse, que se consigue gracias a la ayuda divina que en la tradición cristiana se denomina bautizo.

 

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La metanoia consiste en un volverse de fuera hacia dentro, de una realidad profana a otra sagrada invisible, pero tan real como la visible. La astrología se refiere a las potencias del aire, que como dice san Pablo, dominan al ser humano desde el mismo momento de su nacimiento, cuando respira el primer soplo del aire sublunar, entonces queda fijada su carta astral o mapa celeste que indica cómo está el cielo y su astros en este preciso momento. Y estas serán las potencias que dominarán su destino durante toda su vida.

 

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Las influencias astrales con pseudo Dionisio Areopagita se transformaron en la angelología cristiana con todos sus armadas angélicas que servían de vínculos entre la tierra y el cielo más elevado. A partir de Copérnico perdieron su razón de ser, pues se pasó de un sistema geocéntrico a otro heliocéntrico con lo que la escala que unía lo más alto con lo más bajo aparentemente se perdió. Pero, en realidad, los antiguos tenían razón pues dentro de cada ser humano habita un cielo con todos sus elementos con lo que el hombre se convierte en el centro del universo, ésta es una de las diferencias de la visión interior respecto de la exterior. Así pues se propone cambiar el mal destino exterior por el buen destino gobernado por la gracia.

 

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En los Oráculos caldeos, un texto extraordinario del s. II, que es un comentario a un poema muy anterior, se describe la creación del universo y del ser humano, y se explica la influencia de los astros en la psique humana y cómo, al atravesar cada esfera en su descenso a la encarnación, recibe las cualidades o los defectos de cada planeta. En el Corpus hermeticum, se habla también de estas potencias y de su influencia en el ser humano para su propio beneficio. Solo el alma, se añade en el Corpus, permanece estable, porque es de la misma esencia de Dios y domina sobre el destino. Se trata del dilema determinismo astrológico versus providencia.

 

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Clemente de Alejandría escribió precisamente sobre este paso de un destino a otro. Calificaba al destino astral como la banda de ladrones que atacaron al viajero y le dejaron maltrecho y sin nada, mientras que el buen samaritano se compararía al buen destino que salva al pobre hombre de su desgracia. Clemente se refiere también a un nuevo astro que se alza para abrir nuevas vías de salvación, este nuevo aster puede relacionarse con Isis, la diosa de los mil nombres que resucita a Osiris. Se trata de la ayuda que le fue dada a Adán y también de una crátera de la que se habla en el Corpus hermeticum, que proporciona la salvación y la gnosis a quien es digno de bañarse en ella.

 

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