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FRAGMENTO DEL ARTÍCULO
… Descubrir el auténtico símbolo, es decir, el hombre, consiste en reconocer la realidad física que encierra, y ello sólo es posible mediante la ayuda de Dios. Reconocer es «renacer con», lo que implica una experiencia sensible. Los que han hablado o escrito sobre dicho conocimiento experimental o gnosis se llaman «conocedores», porque describen este nacimiento y crecimiento naturales, y todas las imágenes que utilizan no son más que los símbolos de esta única experiencia cuyo sentido no se puede descubrir sin haberlo experimentado…
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Este fragmento de «El libro de Adán» es importante pues si bien a su autor, Charles d’Hooghvorst, no le interesaba especialmente el simbolismo, él era un gran exegeta, utilizó el sistema simbólico para darle un cariz filosófico con el fin de confrontar al lector con dos realidades opuestas: este mundo y el mundo por venir y esto es muy interesante.
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El autor construye su discurso a partir de una cita de René Guénon de su obra «Los símbolos fundamentales de la ciencia sagrada» que proclama que el simbolismo es lo opuesto al racionalismo y que se transmite por otros sistemas de conocimiento, pues, el símbolo aun siendo un objeto cosmológico tiene una base metafísica, y un ejemplo de ello sería la piedra filosofal.
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El ser humano original, creado a imagen y semejanza de Dios es la realidad del símbolo. Las dos partes que lo conforman: la imagen y la semejanza que se separaron en la caída, se refieren a la reconstrucción de este primer ser representado por Adán, mientra que la ayuda divina que lo completará se representa por Eva, la mujer que Dios sacó de su costado y que es carne de su carne y sangre de su sangre. Inmanencia versus trascendencia.
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No hay otro símbolo que el ser humano reunido con su parte divina. La ayuda conforme a él. La sombra luminosa con la que el Espíritu Santo cubrió a la Virgen cuando la visitó. Y lo más importante de todo es que igual que el hombre necesita de la divinidad, esta también necesita del ser humano, ambas partes se necesitan mutuamente para completar la totalidad o el símbolo original
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