La Biblia miniada del siglo XI, conocida como la Biblia de San Pere de Roda, refleja la fuerza plástica de lo sagrado de manera especial y paradigmática. Esta Biblia parece que se creó en Ripoll, aunque acabó finalmente en San Pere de Roda.

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Portada del monasterio de Ripoll, donde se elaboró esta Biblia; y al final del artículo, el claustro del mismo monasterio.

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Imagen 1. (Génesis 1, 1 y sigs.). Véase el fragmento bíblico al final de las  imágenes.

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Imagen 2. (Génesis 2, 8 y sigs.)

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Imagen 3. (Génesis 2, 16 y sigs)

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Imagen 4. (Génesis 4, 17 y sigs.)

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Imagen 5. (Éxodo 6, 13 y sigs.)

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Imagen 6. (Deuteronomio 1, 1 y sigs.)

BIBLIA.RODA.be.6.

Imagen 7. (Josué 1, 1 y sigs.)

BIBLIA.RODA.be.7.8

Imagen 8. (I Reyes. 6, 1 y sigs.)

BIBLIA.RODA.be.9.

 

Imagen 1. (Génesis 1, 1 y sigs.): En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y apartó Dios a la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche; y fue la tarde y la mañana un día. Y dijo Dios: Sea un extendimiento en medio de las aguas, y haya apartamiento entre aguas y aguas. E hizo Dios un extendimiento, y apartó las aguas que estaban debajo del extendimiento, de las aguas que estaban sobre el extendimiento; y fue así. Y llamó Dios al extendimiento Cielos; y fue la tarde y la mañana el día segundo. Y dijo Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco; y fue así. Y llamó Dios a lo seco Tierra, y al ayuntamiento de las aguas llamó Mares; y vio Dios que era bueno.

Imagen 2. (Génesis 2, 8 y sigs.): Y había plantado el SEÑOR Dios un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que formó. Había también hecho producir el SEÑOR Dios de la tierra todo árbol deseable a la vista, y bueno para comer, y el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía un río de Edén para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro cabezas. El nombre del uno era Pisón; éste es el que cerca toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y piedra cornerina. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que cerca toda la tierra de Etiopía. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va hacia el oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, el SEÑOR Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrase y lo guardase.

Imagen 3. (Génesis 2, 16 y sigs): Y mandó el SEÑOR Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto comerás; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás de él; porque el día que de él comieres, morirás. Y dijo el SEÑOR Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda que esté delante de él. Formó, pues, el SEÑOR Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adán llamó al alma viviente, es ese su nombre. Y puso Adán nombres a toda bestia y ave de los cielos, y a todo animal del campo; mas para Adán no halló ayuda que estuviese delante de él. Y el SEÑOR Dios hizo caer sueño sobre el hombre, y se adormeció; entonces tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar; y edificó el SEÑOR Dios la costilla que tomó del hombre, en mujer, y la trajo al hombre. Y dijo el hombre: Esta vez, hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del Varón fue tomada. Por tanto, el varón dejará a su padre y a su madre, y se allegará a su mujer, y serán por una carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.  Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que el SEÑOR Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios dijo: No comáis de ningún árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto comemos; mas del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni tocaréis en él, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis. Mas sabe Dios, que el día que comiereis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como dioses, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era deseable a los ojos, y árbol de codicia para entender; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, y comió con ella. Y fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron cintas para ceñir.

Imagen 4. (Génesis 4, 17 y sigs.): Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. Y a Enoc nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. Y tomó para sí Lamec dos mujeres: el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra Zila. Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas, y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y órgano. Y Zila también dio a luz a Tubal-Caín, acicalador de toda obra de bronce y de hierro: y la hermana de Tubal-Caín fue Naama. Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y Zila, oíd mi voz; mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que varón mataré por mi herida, y un joven por mi golpe; que siete veces será vengado Caín, mas Lamec setenta veces siete. Y conoció aún Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set; porque Dios (dijo ella) me ha dado otra simiente por Abel, al cual mató Caín. Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces comenzó a ser invocado el nombre del SEÑOR.  Este es el libro de la descendencia de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a la semejanza de Dios lo hizo; macho y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados…Y vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo; y llamó su nombre Noé, diciendo: Este nos consolará de nuestras obras, y del trabajo de nuestras manos de la tierra, a la cual el SEÑOR maldijo. Y vivió Lamec, después que engendró a Noe, quinientos noventa y cinco años; y engendró hijos e hijas. Y fueron todos los días de Lamec setecientos setenta y siete años; y murió. Y siendo Noe de quinientos años, engendró a Sem, a Cam, y a Jafet.

Imagen 5. (Éxodo 6, 13 y sigs.): Entonces el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón, y les dio mandamiento para los hijos de Israel, y para el Faraón rey de Egipto, para que sacasen a los hijos de Israel de la tierra de Egipto. Estas son las cabezas de las familias de sus padres. Los hijos de Rubén, el primogénito de Israel: Hanoc y Falú, Hezrón y Carmi; estas son las familias de Rubén. Los hijos de Simeón: Jemuel, y Jamín, y Ohad, y Jaquín, y Zohar, y Saúl, hijo de una cananea; estas son las familias de Simeón. Y estos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, y Coat, y Merari. Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años. Y los hijos de Gersón: Libni, y Simei, por sus familias. Y los hijos de Coat: Amram, e Izhar, y Hebrón, y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años. Y los hijos de Merari: Mahli, y Musi; estas son las familias de Leví por sus linajes. Y Amram tomó por mujer a Jocabed su tía, la cual le dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años. Y los hijos de Izhar: Coré, y Nefeg y Zicri. Y los hijos de Uziel: Misael, y Elzafán y Sitri. Y tomó Aarón por mujer a Elisabet, hija de Aminadab, hermana de Naasón; la cual le dio a luz a Nadab, y a Abiú, y a Eleazar, y a Itamar. Y los hijos de Coré: Asir, y Elcana, y Abiasaf; estas son las familias de los coreítas. Y Eleazar, hijo de Aarón, tomó para sí mujer de las hijas de Futiel, la cual le dio a luz a Finees. Y éstas son las cabezas de los padres de los levitas por sus familias.

Imagen 6. (Deuteronomio 1, 1 y sigs.): Estas son las palabras que habló Moisés a todo Israel a este lado del Jordán en el desierto, en el llano delante del mar Bermejo, entre Parán, y Tofel, y Labán, y Hazerot, y Dizahab.  Once jornadas hay desde Horeb, camino del monte de Seir, hasta Cades-barnea. Y fue, que a los cuarenta años, en el mes undécimo, al primero del mes, Moisés habló a los hijos de Israel conforme a todas las cosas que el SEÑOR le había mandado acerca de ellos; después que hirió a Sehón rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón, y a Og rey de Basán, que habitaba en Astarot en Edrei; a este lado del Jordán, en tierra de Moab, resolvió Moisés declarar esta ley, diciendo: El SEÑOR nuestro Dios nos habló en Horeb, diciendo: Habéis estado bastante tiempo en este monte; volveos, partíos, e id al monte del amorreo, y a todas sus comarcas, en el llano, en el monte, y en los valles, y al mediodía, y a la costa del mar, a la tierra del cananeo, y al Líbano, hasta el gran río, el río Eufrates. Mirad, yo he dado la tierra en vuestra presencia; entrad y poseed la tierra que el SEÑOR juró a vuestros padres Abraham, Isaac, y Jacob, que les daría a ellos y a su simiente después de ellos.

Imagen 7. (Josué 1, 1 y sigs.): Y aconteció después de la muerte de Moisés siervo del SEÑOR, que EL SEÑOR, habló a Josué hijo de Nun, sirviente de Moisés, diciendo. Mi siervo Moisés ha muerto; levántate pues ahora, y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie. Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río Eufrates, toda la tierra de los heteos hasta el gran mar del poniente del sol, será vuestro término. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como yo fui con Moisés, seré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; porque tú harás heredar a este pueblo la tierra por herencia, de la cual juré a sus padres que la daría a ellos. Solamente te esfuerces, y seas muy valiente, para que guardes y hagas conforme a toda mi ley, que Moisés, mi siervo, te mandó; que no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendieres. El libro de esta ley nunca se apartará de tu boca; antes de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y entonces todo lo entenderás.

Imagen 8. (I Reyes. 6, 1 y sigs.): Y fue en el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, en el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, que él comenzó a edificar la Casa del SEÑOR. La Casa que el rey Salomón edificó al SEÑOR, tuvo sesenta codos de largo y veinte de ancho, y treinta codos de alto. Y el portal delante del templo de la Casa, de veinte codos de largo, según la anchura de la Casa, y su ancho era de diez codos delante de la Casa. E hizo a la Casa ventanas anchas por dentro , y estrechas por fuera . Edificó también junto al muro de la Casa un colgadizo alrededor, pegado a las paredes de la Casa en derredor del templo y del oratorio; e hizo cámaras alrededor. El colgadizo de abajo era de cinco codos de ancho, y el de en medio de seis codos de ancho, y el tercero de siete codos de ancho; porque por fuera había hecho disminuciones a la casa en derredor, para no trabar las vigas de las paredes de la Casa. Y la Casa cuando se edificó, la fabricaron de piedras perfectas que traían ya acabadas de labrar ; de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la Casa, ni ningún otro instrumento de hierro. La puerta del colgadizo de en medio estaba al lado derecho de la Casa; y se subía por una escalera de caracol al del medio, y del medio al tercero. Labró pues la Casa, y la acabó; y cubrió la Casa de labrados y de maderas de cedro puestas por orden. Y edificó asimismo el colgadizo en derredor de toda la Casa, de altura de cinco codos, el cual se apoyaba en la casa con vigas de cedro. Y vino palabra del SEÑOR a Salomón, diciendo: Esta Casa que tú edificas, si anduvieres en mis estatutos, e hicieres mis derechos, y guardares todos mis mandamientos andando en ellos, yo tendré firme contigo mi palabra que hablé a David tu padre; y habitaré en medio de los hijos de Israel, y no dejaré a mi pueblo Israel.

Según una traducción española de las Sagradas Escrituras de 1569.

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