TRADUCCIÓN AL CASTELLANO
En los momentos de cambio y perturbación, miremos hacia dentro.
Lluïsa Vert y Raimon Arola hablan de la importancia del simbolismo en la actualidad
Dídac P. Lagarriga
Hablamos de creencias, de búsqueda interior, de sentido. En el patio del Ateneu Barcelonés, el sonido del agua que brota acompaña la voz de Lluïsa Vert y, la de su pareja, Raimon Arola que se reúne con nosotros poco después.
El agua, la fuente en el centro luminoso del edificio, los árboles y las palmeras, la luz rojiza de la media tarde, cada símbolo nos dice mucho más de lo que aparentemente parece. “Los símbolos –afirma Vert- son como cartas que nos han dejado. Del mismo modo que si entiendes algo de música la disfrutas más cuando la escuchas, con la simbología pasa igual. El símbolo se vuelve vivo, te cautiva y te hace volver al lugar de dónde vienes, apela al recuerdo”
Los dos especializados en simbología tradicional, él como profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universitat de Barcelona durante tres décadas y ella como escritora y coordinadora de la revista virtual Arsgravis, también han publicado numerosos libros. El más reciente, publicado este otoño, es La actualidad del hermetismo. El mensaje de Louis Cattiaux (Herder), escrito a cuatro manos para incidir en algunas de las cuestiones fundamentales que han marcado la vida de esta pareja.
¿Por qué considerar de actualidad el hermetismo? ¿Cuál es el mensaje de Louis Cattiaux? Todavía más, ¿quién es Louis Cattiaux? Solo el título del libro ya despierta muchos interrogantes. En un mundo en el que de debajo de cada piedra sale una serie, podríamos fácilmente redactar un guion que explicara la fascinante vida de Cattiaux y enlazarla, al mismo tiempo, con la Europa ilustrada del siglo XX, hasta llegar a la Barcelona de finales de los setenta y de la década de los ochenta, con una serie de pequeñas librerías, como la célebre Santo Domingo, en el Call, y sus escondidas clases magistrales, que mantenían vivo el anhelo de espiritualidad del que huía de la oscura asociación entre religión y represión. “¡Sí! -exclama Vert-. Sería magnífico hacer una serie sobre Cattiaux, es un personaje muy atractivo y fascinante”.
El inspirado Cattiaux
Nacido el 1904 en Valenciennes (Francia) y muerto 49 años después por una rápida enfermedad, fue un pintor y escritor de culto una vez muerto, pero poco reconocido en vida. Después de viajar a Dahomey (el actual Benin), empieza a frecuentar los ambientes literarios y artísticos de la vanguardia parisiense de entreguerras. Muy influenciado por sus investigaciones en el mundo de la alquimia, la espiritualidad y el hermetismo, en 1946 se autopublica los primeros capítulos de la que será su obra capital, El Mensaje Reencontrado (publicado en castellano por la editorial Herder). Se trata de un libro con miles de aforismos y citas de los textos sagrados de numerosas religiones del mundo que, como él explica, recibe directamente por inspiración, con un lenguaje singular y directo que atrae René Guénon, quian hace una reseña positiva del libro. Gracias a ella, Cattiaux conoce Emmanuel y Charles de Hooghvorst, dos hermanos de la nobleza belga que publicarán todas las obras de Cattiaux y se dedicarán a su divulgación. Charles, el hermano pequeño, se establece en Barcelona, donde en 1978 funda la revista La Puerta. Retorno a las Fuentes Tradicionales, que todavía se publica -a pesar de que él murió en 2004- y de la cual Lluïsa Vert y Raimon Arola son colaboradores asiduos.
“Ninguna palabra de una Escritura santa contradice, de hecho, la palabra de otra Escritura santa. […] Debemos, pues, conocer todas las Escrituras santas y estudiarlas hasta que hayamos descubierto la identidad primera y última de la palabra inspirada. Pensar en Dios y meditar sobre su creación es rezar y alabar a Dios.” (MR 15, 50) deja escrito Cattiaux en una de las máximas, quizás la que mejor define su voluntad de investigación de esta unidad subyacente que toma mil formas y lenguajes sin perder el único y unido hilo conductor.
“El libro de Cattiaux -explica Lluïsa Vert- ha sido la base y nos ha dado el orden para escribir el libro que publicamos ahora. Es difícil encontrar un libro actual en el que, además de devoción, silencio y meditación, también se hable de un secreto que hay que buscar. El Mensaje Reencontrado es un libro que nos lo ha enseñado todo, ha sido un estímulo constante para aprender y estudiar las otras tradiciones religiosas y también para profundizar en el cristianismo. Quizás en Occidente hemos tendido más a la devoción o la creencia y hemos ido olvidando la sabiduría que hay dentro de cualquier religión o espiritualidad”. Para ella, la clave es no perder la sed, sed de conocimiento, sed de confianza (“Tenemos miedo a confiar en algo que no conocemos, pero puedes conocer más y amar más confiando que desconfiando”), a pesar de que “los jóvenes de ahora lo tienen mucho más difícil que en nuestra época, tan atareados como están para encontrar trabajo, vivienda…” Por eso cree que a través del mundo simbólico “es más fácil poder conectar con alguien que no ha estado en contacto con estas tradiciones espirituales”, puesto que todo el mundo se reconoce en los símbolos y puede decir “Esto resuena en mí”, “Esta es la pregunta que me hago”, procurando no caer en el terreno de la psicología, puesto que nos reconocemos demasiado en nuestras obsesiones: “¿Me encuentro bien?”, “¿Como estoy?” Y añade, sin dejar de sonreír: “No creo que al morir te pregunten cómo estabas, sino “¿Qué has hecho para encontrarme?” o “¿Me has amado?” Me imagino que la cosa irá por ahí”.
Las plagas
En cierto modo, explica Arola, todas las religiones tienen el componente de la salvación, aunque lo expresen de diferentes formas. Hace falta esfuerzo, hace falta conciencia, hay que querer saborear las sabidurías inherentes de estas tradiciones y no pensar, como señala Vert, que la misma creencia o ritual es la finalidad. “Si te puedes reconocer en cualquier tradición que te lleve a profundizar es fantástico”.
Para la pareja, el hermetismo es actual por el énfasis que pone esta corriente en la unidad de las tradiciones espirituales, más allá de unos formalismos y dogmas necesarios, sí, pero no esenciales. Y de esta esencia, se saca una enseñanza para el día a día, también para momentos pandémicos como los de ahora. “Las plagas -explica Vert citando maestros rabínicos- pretenden sacar el pueblo judío de Egipto, liberarlo. Con las dificultades que vivimos ahora podemos mirar hacia adentro, reconciliarnos con esta parte divina que tenemos castigada o ignorada, darnos cuenta de la imposibilidad de vivir solo hacia afuera”.