Presentación de las imagenes que aparecen en el manuscrito alquímico titulado «Sylva Philosophorum» de Cornelius Petraeus, de principios del siglo XVII, con comentarios. Presentación Lluïsa Vert.

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1. Presentación

Cornelius Petraeus fue el autor de un manuscrito alquímico de principios del siglo XVII, titulado Sylva philosophorum. De dicho personaje poco se sabe, quizá que estuvo en relación con Rodolfo II, pues a él está dedicada su obra. De ella se ha conservado solo un ejemplar que se encuentra actualmente en la biblioteca de la Rijksuniversiteit de Leiden, en los Países Bajos, formando parte de la vasta colección de manuscritos herméticos que posee esta Universidad agrupados en el Codici Vossiani Chymici.(2) El humanista Isaac Vossius, que da su nombre a la colección, los obtuvo de Cristina de Suecia a cuenta de unos honorarios. Por eso también se conocen como los «manuscritos de la reina Cristina», aunque originariamente procedieran de la biblioteca de Rodolfo II de Habsburgo, archiduque de Austria, emperador de Alemania, rey de Hungría y de Bohemia.

Si bien fue educado en España, en la estricta observancia de la fe católica bajo la tutela de su tío Felipe II, Rodolfo II fue también un amante de las ciencias ocultas y convirtió su corte en un vivero de alquimistas, astrólogos y vividores venidos de toda Europa, alrededor de los cuales se tejió una auténtica leyenda. Figuras tan importantes como Dee, Khunrath, Sendivogius o Maier gozaron de su protección.

Rodolfo II fue también un amante de las ciencias ocultas y convirtió su corte en un vivero de alquimistas, astrólogos y vividores venidos de toda Europa, alrededor de los cuales se tejió una auténtica leyenda.

Como ya se ha dicho, el manuscrito de Petraeus está dedicado «Al emperador romano, rey de Hungría y de Bohemia […], nuestro muy gracioso Señor», por lo que sería lógico pensar que fue compuesto antes de 1608, fecha en que Rodolfo II dejó de ser el rey de los húngaros. Consta de doce folios en pergamino; cuatro de ellos sirven de introducción a ocho esquemas geométricos formados por círculos, cuadrados y triángulos que muestran las relaciones entre los elementos que componen la gran obra de los filósofos. Respecto al significado de este tipo de esquemas, Eugenio Filaleteo plantea una teoría ciertamente interesante que reproducimos a continuación:

“Los magos en sus escritos hablan de triángulos para aludir a su más secreta trinidad, y de círculos para enseñarnos la rotación de la naturaleza, desde el principio de su semana, hasta el chabat. Con este círculo o rotación también han afirmado que se puede vincular a los espíritus, indicando que el alma puede unirse con el cuerpo.” (3)

Es decir, por medio de sus figuras, los filósofos muestran el proceso de la unión del alma divina con un cuerpo, cosa que sucede en una semana mágica como la de la creación de Moisés, desde el principio o berechit de los hebreos, hasta el séptimo día o chabat, culminación de todo el proceso que desemboca en el reposo de Dios y aquí se confirmaría lo que tantas veces ha sido dicho, a saber: «La alquimia y la revelación de la Escritura no tienen más que un único principio. Aquella no es sino la experimentación en el mundo exterior de la sabiduría interior de ésta». (4) Y también: «La creación de la que habla [el Génesis] es, por supuesto, la Gran Obra de los alquimistas y no otra cosa». (5)

Por medio de sus figuras, los filósofos muestran el proceso de la unión del alma divina con un cuerpo, cosa que sucede en una semana mágica como la de la creación de Moisés

En la primera página del manuscrito aparece el título completo de la obra escrito en alemán, cuya traducción es la siguiente:

«La selva de los filósofos o exposición de la tintura universal o la piedra de los sabios, cuya operación y potencia son capaces de transformar todos los metales imperfectos en una perfección duradera como la del oro y la plata. Por los mejores filósofos, está probado que este arte es infalible y cierto, para refutar a los detractores de este noble secreto. Reunido en provecho de los amantes de la naturaleza por Cornelius Petraeus de Hamburgo, estudiante de la filosofía hermética. Quien espera, recibe lo que espera.» (6)

En la segunda página se ve una imagen con tres círculos o esferas; las dos inferiores penden de una superior que es movida por la diestra divina, en esta última esfera además de la dedicatoria al rey que antes hemos mencionado, se lee la siguiente divisa: «Van por una fuerte fuerza» (7). En las dos inferiores está escrito: «Los destinos rigen el mundo; todo se hace bajo la orden del destino» y «Todo lo que los destinos ordenan el tiempo lo acaba». (8) Respecto a la «fuerte fuerza» hay que recordar lo que está escrito en la Tabla de Esmeralda al tratar de la piedra filosofal: «Es la fuerza de todas las fuerzas» y el filósofo Hortulano, o «el Jardinero» como el mismo especifica en una editio princeps de su obra fechada en 1541, comenta esta sentencia de la manera siguiente:

«Ésta es la fuerza de todas fuerzas pues no existe comparación entre las otras fuerzas del mundo y la fuerza de esta Piedra; «ya que vencerá cualquier cosa sutil y penetrará cualquier cosa sólida»; «vencerá», al vencer y dominar, cambiará y convertirá el mercurio vivo al congelarlo, a él, que es sutil y blando, y penetrará los otros metales que son cuerpos duros, sólidos y firmes.»(9)

«Es la fuerza de todas fuerzas pues no existe comparación entre las fuerzas del mundo y la fuerza de esta Piedra; ya que vencerá cualquier cosa sutil y penetrará cualquier cosa sólida»

El mercurio sutil que, una vez captado penetra los «cuerpos duros, sólidos y firmes», es el alma del Mundo a la que antes hemos aludido, cuyo movimiento circular arrastra y hace girara a todo el Universo, originando el destino y el tiempo, padres de la generación y la corrupción. La obra de los filósofos no consiste en otra cosa que en la fijación de esta alma o fuerza motriz en un lugar.

Precisamente el dios Mercurio es quien aparece representado en la siguiente página del manuscrito. El autor lo ha dibujado bajo sus dos aspectos fijo y volátil, por eso se le ve con un pie en tierra firme y un peso en su mano derecha y con alas en sus dos extremidades izquierdas. En la cuarta página se lee otra sentencia de Hortulano: «¿De qué les sirve a los filósofos ocultar, allí donde la doctrina del Espíritu Santo opera?». (10) El párrafo completo, que aparece en el prefacio de su Comentario a la Tabla de Esmeralda de Hermes, es el que sigue:

«Yo Hortulano, es decir, el Jardinero, apodado así a causa de los jardines marítimos, […] he querido poner por escrito la declaración y explicación de ciertas palabras de Hermes, padre de los filósofos, si bien son oscuras y declarar sinceramente la Práctica completa de la Obra verdadera. Y ciertamente no sirve para nada a los filósofos querer ocultar la ciencia en sus escritos, cuando opera la doctrina del Espíritu Santo». (11)

La doctrina del Espíritu Santo sería la recepción de los siete dones del Espíritu Santo, es decir, el conocimiento de la fuerza mencionada en la Tabla de Esmeralda. Sin este conocimiento es inútil adentrarse en el dédalo sin salida de la ciencia alquímica, sin embargo, con su ayuda es imposible errar en esta labor, por eso, es imprescindible obtener de la gracia divina el maravilloso don al que se refiere el siguiente fragmento del Deuteronomio que precisamente aparece en la misma página del manuscrito (fig. 4):

La doctrina del Espíritu Santo sería la recepción de los siete dones del Espíritu Santo, es decir, el conocimiento de la fuerza mencionada en la Tabla de Esmeralda.

«Que su país sea bendito por la bendición del Señor (YHVH): que haya nobles frutos del cielo, del rocío y del abismo de abajo; que hayan los nobles frutos del sol, y los nobles frutos maduros de la luna, y de las altas montañas de oriente, y de las colinas, continuamente, y los nobles frutos de la tierra, y lo que contiene».. (Deuteronomio 38, 13-16)

(sigue en la segunda parte)

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NOTAS:

  • (1) El Mensaje Reencontrado, Arola ed. Tarragona, 2000: I, 58.
  • (2) Codici Vossiani Chymici q. 61, f. I, 4-12.
  • (3) E. Filaleteo, Oeuvres Complètes, traducción de C. Rosereau, ed. La Table d’Émeraude, París, 1999, p. 163. La cursiva es nuestra.
  • (4) E. d’Hooghvorst, Le Fil de Pénélope, t. II, ed. La Table d’Émeraude, París, 1998, p. 98
  • (5) E. d’Hooghvorst, El Hilo de Penélope, t. I, Arola ed., Tarragona, 2000, p. 28.
  • (6) Sylva philosophorum Das ist Ein besprech von der Universahltinctur oder von dem Stein der Weissen durch welches Würckung und Krafte alle unvolkommene Metall zur bestendigen Vollkomenheit, als in Goltt und Silber, können verwandelt werden.Aus den…, bewerdesten Philosophis erweiset: das solche Kunst unfehlbar und gewiss sei wider die Verseumter dieser würdigen Geheimniss: allen Liebhabern der Natur zu gutten Zusammen gebracht durch Cornelium Petraeum Hamburgen(sem) hermeticae philosophiae stud(iosum). S(perantem S(perata) S(equuntur). Todas las leyendas en alemán y latín han sido traducidas por H. van Kasteel, a quien agradecemos cordialmente su ayuda.
  • (7) Vadvnt valida vi.
  • (8) Fata regunt orbem; fieri iubet omnia FATUM. Et quae fata iubent, ea perficit omnia TEMPUS.
  • (9) Bibliotheque des Philosophes Chimiques, A. Cailleau, París, 1741, t. I, p. 12.
  • (10) Quid prodest occultatio philosophorum, ubi doctrina Spiritus Sancti operatur?
  • (11) Bibliotheque des Philosophes…, cit., t. I, p. 3.