Imágenes de doce símbolos alquímicos procedentes de un tratado titulado «Symbola aureae mensae…» , con citas de otros tantos autores que ilustran el proceso de la Gran Obra.

 

En su libro Symbola aureae mensae…, de 1617, Michael  Maier. el autor de la famosa Atalanta Fugiens,  propuso una especie de ordenación histórica de la alquimia, sin ninguna pretensión de que su historia coincidiera con la realidad.  Entre otras razones, porque muchos de loa autores citados no corresponden a las figuras históricas sino que fueron autores anónimos que firmaron con otro nombre. Sea como fuere, lo que Maier pretendía y logró fue mostrar la ininterrumpida cadena iniciática de los maestros de la alquimia que, según él, abarcaría desde Hermes Trimegisto, el mítico inventor de la alquimia, hasta su época.

Lo que Maier pretendía y logró con su obra, fue mostrar la ininterrumpida cadena iniciática de los maestros de la alquimia

Por eso, Maier agrupa las leyendas que se refieren a los distintos personajes que aparecen en su obra y, a partir de ellas, pone de relieve su enseñanza. En este sentido, el título completo de la obra es ciertamente elocuente: “Símbolos de la mesa áurea de las doce naciones. Es decir, la fiesta Hermética o de Mercurio, celebrada conjuntamente por doce héroes en virtud de la costumbre, la sabiduría y la autoridad del arte de la química, […] para restituir a los Artistas el honor y la fama debidos a sus merecimientos; donde se demuestran la permanencia del Arte y su invicta veracidad.” Es decir, el arte ha permanecido inalterable a lo largo de los símbolos y son los distintos artistas filósofos que lo han manifestado en distintas épocas y lugares.

A fin de enseñar el auténtico sentido de la alquimia, Maier recogió el testimonio de doce adeptos, cada uno identificado con una nación y una tradición espiritual, que se sucedieron desde Hermes Trimegisto hasta Sendivogius (el personaje anónimo), pasando por María, la judía, Demócrito, el grigo, . Añadió, así mismo, unos emblemas que recreaban la historia imaginada, Maier con este procedimiento quería enseñar que la unidad de todas las tradiciones se encuentra en el secreto de la realización alquímica, considerada como el nudo y el núcleo mismo de la tradición, por eso se podía incorporar a todas sus manifestaciones, representadas por las diferentes religiones.

Las distintas escenas simbólicas que acompañan la representación de los doce sabios son distintas representaciones de la misma conjunción de dos partes para hacer la única obra alquímica.

 

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