Teresa Costa-Gramunt, comisaria del “Any Alexandre de Riquer”, realiza una interpretación de un ex-libris para Rafel Patxot, obra de Alexandre de Riquer que se refiere al simbolismo de lo femenino celeste. Acompañan al escrito otras imágenes del mismo autor.

En el año 1901, Alexandre de Riquer, uno de los artistas más relevantes del Modernismo en Cataluña (en Europa tomó el nombre de Art Nouveau, Modern Style, Jungendstil, Liberty…), y que la posteridad ha calificado como artista total por su condición de pintor-poeta-artesano, dibujó a pluma un ex-libris a nombre de Rafel Patxot (1872-1964).

De espíritu independiente y librepensador, Rafel Patxot, meteorólogo, mecenas, bibliófilo y escritor, es un reconocido patrocinador de la cultura catalana. Entre otras iniciativas, impulsó proyectos en el ámbito de la cultura popular y la recopilación del cancionero tradicional, Patxot fue  también fue un entusiasta estudioso de la astronomía. Es por este motivo que en el ex-libris a su nombre, Alexandre de Riquer dibujó una expresiva imagen que representa Urania, la musa de la astrología. El diseño del ex-libris, en la más pura estética modernista, incluye un lema escrito en un catalán prefabriano que dice: «Per molt que sapies és molt més lo que ignores» [‘Por mucho que sepas es mucho más lo que ignoras’].

Patxot fue fue un entusiasta estudioso de la astronomía, por este motivo, en el ex-libris a su nombre, Alexandre de Riquer dibujó una expresiva imagen que representa Urania, la musa de la astrología.

Es un lema descriptivo tanto de la personalidad inquieta y buscadora de Rafel Patxot como evocativo de la actitud del estudioso consciente de sus límites humanos: a medida que se avanza en el conocimiento de un arte o de una ciencia, o de la propia naturaleza de la realidad, más grande deviene su misterio, ya que, ¿cómo podría la parte conocer lo inmenso del cual, no obstante, es parte? Cierto que es desde esta parte de lo inmenso que, con anhelo espiritual, la parte busca reconocer su filiación, ‘ver’, ‘percibir’ lo sutil que también es.

Así se inicia toda búsqueda filosófica y toda pregunta existencial, metafísica, que sin duda inspira una musa, entendida la musa como una personificación de una energía poderosa que nos arrebata, inspira y mueve al trabajo de la búsqueda, a la creación de una obra, a la oración que nos conecta con lo trascendente y, finalmente, si se llega, a la comunión entre el buscador y lo buscado. En este sentido, Urania es una imagen de Sofía (la Sabiduría), así como también de la mujer como anima (alma del hombre) en su papel de guía espiritual.

Urania es una imagen de Sofía, la Sabiduría, así como también de la mujer como anima, alma del hombre, en su papel de guía espiritual.

Veamos el retrato espiritual de Urania, tal como lo concibieron los griegos antiguos. Urania, hija del padre Zeus y de Mnemosine: la madre, memoria o granero y a la vez generación de la sabiduría colectiva, es una de las nueve musas del panteón griego.

Se dice que Urania como musa inspira los estudios de astrología, la observación del cielo y sus maravillas, así como sus escondidos misterios astrales. Es por este motivo que la tradición plástica la viste siempre de azul como la cúpula celeste, y de la cúpula celeste toma la diadema que recoge y adorna sus cabellos: una diadema de estrelles que a veces se diseminan también en una capa como una falda llena de pequeñas y luminosas flores del campo.

En la iconografía clásica, a veces vemos a Urania con un compás en la mano, ya que la musa inspira la geometría, las artes matemáticas, evoca el orden oculto del universo a través de las ciencias que lo estudian. Algunas tradiciones conciben Urania como hija de Urano, de donde parece provenir su nombre. Esta genealogía explicaría que, a diferencia de las otras musas, Urania no sea la patrona de un arte sino de un conocimiento, aunque no parece que pueda haber una manifestación artística sin un conocimiento, una idea, una inspiración previa.

En la iconografía clásica, a veces vemos a Urania con un compás en la mano, ya que la musa inspira la geometría, las artes matemáticas, evoca el orden oculto del universo a través de las ciencias que lo estudian.

En esta imagen de Urania, respetuosa en la mayor parte con la conocida iconografía de la musa, como era habitual en la creatividad desbordante y no pocas veces transgresora del modernista Riquer, el artista hace una interpretación personal del simbolismo clásico y presenta Urania inclinada sobre un libro abierto en una actitud estudiosa de gran concentración psíquica y espiritual, escudriñando el misterio del cielo y las estrellas, el misterio de lo que no sabemos.

Es quizá por esta razón que el rostro de la joven Urania que ilustra el ex-libris de Rafel Patxot mira dentro de sí queriéndonos recordar lo que ya habían dicho los herméticos: «Así es arriba como es abajo, y abajo como es arriba». Porque, si bien, lo que podemos observar en el mundo físico es su parte material, éste es también de naturaleza espiritual: «Más allá del Cosmos, del Tiempo y del Espacio, de todo lo que se mueve y cambia, se encuentra la Realidad Sustancial, la Verdad Fundamental», leemos en los textos de la tradición hermética, como también que «el Todo es incognoscible», por lo tanto, por más que conozcamos y midamos la realidad es mucho más lo que ignoramos de ella. Y, no obstante, el deseo del alma humana es ir en su búsqueda, como bien sabía, porque con el alma lo experimentaba, el mismo Alexandre de Riquer, y así lo expresó plásticamente en su ex-libris para Rafel Patxot.

Imágenes: el autor y su obra

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