Presentación de la obra de de Steffan Michelspacher, “La Cábala, espejo del arte y la naturaleza, en Alquimia…”, que fue impresa en Augsburgo en 1616, y que consiste en un breve texto y cuatro láminas, que reproducimos en su totalidad. Edición, Raimon Arola y Lluïsa Vert.

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El título completo y traducido de este tratado es el siguiente:Cábala, espejo del arte y la naturaleza, en Alquimia. Qué es realmente la muy antigua Piedra de los sabios que es triple y sin embargo una sola Piedra. La cual, con la ayuda de Dios, se expone con meridiana claridad para honrar a todos los esforzados amantes de este Arte, del que mucho se ha escrito pero que muy pocos conocen. Con toda claridad, en pocas palabras, toda la verdad explicada y sacada a la luz mediante las figuras adjuntas. Por alguien desconocido pero conocido, como atestigua el sello que aparece en esta primera figura.

Prólogo

Benévolo lector, amado en Cristo, dado que todas las cosas, tanto las artes como los talentos, están en la mano de Dios Todopoderoso, y que según su misericordia deben ser otorgados a quien Él quiere, Dios me ha llenado de su misericordia y me ha cubierto con su mayor gracia en el presente trabajo, yo, que soy su criatura y un hombre miserable en este mundo corruptible, puesto que me ha llamado a mí, indigno, para revelar sus eminentes misterios. Y este Dios Todopoderoso hubiera podido concederlo y darlo a muchos otros hombres, quienes en virtud, honor, saber y dignidades de este mundo, me sobrepasan en gran manera.

Dado que todas las cosas, tanto las artes como los talentos, están en la mano de Dios Todopoderoso, y que según su misericordia deben ser otorgados a quien Él quiere, me ha llenado de su misericordia y me ha cubierto con su mayor gracia en el presente trabajo.

Por eso, ya que Dios me ha dado la luz, para que de ello resulte gloria para Él y comodidad para mi prójimo, conviene que no la ponga bajo el banco o el celemín, sino que la coloque encima de la mesa, de manera que todos aquellos que se presenten y entren puedan ver y comprender todo aquello que, respecto a este asunto, deben hacer o abandonar.

En consecuencia me he propuesto exponer a mis semejantes por medio de las figuras o imágenes, como en un espejo, esta purísima luz, y comunicarla por la cábala y el arte de la alquimia a todos los amantes de la naturaleza y el arte. Y a todos aquellos experimentados en los trabajos espagíricos. Con ellas, espero, tendrán ante sus ojos un conocimiento perfecto del espejo, a fin de que, gracias a este conocimiento, recojan libremente y según su voluntad los frutos y provechos, en primer lugar, por supuesto, los que son útiles a la vida y a la salud del cuerpo humano y después para que puedan obtener un temporal sustento cristiano decente, tanto para el cuerpo como para el alma por medio de la muy fecunda vida eterna.

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El arte

¡Oh principio considera el fin!, pronto, ¡oh fin, considera el principio! Ya que yo, acero y espejo, sólo doy a los amantes del arte aquello que durante tanto tiempo, pero con razón, ha sido buscado. Puesto que, en lo sucesivo, cada uno conocerá concisamente la vía y el camino para alcanzar el lugar verdadero. Asimismo, aprovechad mi consejo y visitad las fraguas de los herreros si queréis realizar vuestro deseo, porque dentro de Marte, irritado de modo suficiente, encontrareis un azúcar precioso. En efecto, no conoce nada del arte quien rehúsa trabajar en el interior de Marte y no encontrará el fin de los tiempos como lo descubriría si lucha, ya que su bálsamo perfuma todas las cosas y muestra a cada cual la facilidad de la ciencia o el arte. En realidad, un punto penetra en el círculo que se encuentra tanto dentro del cuadrángulo como del triángulo. Si alcanzáis este punto, alcanzáis la perfección y escapáis a cualquier tribulación, miseria o peligro. Con ello, poseéis el arte en su totalidad: si no lo entendéis, lo que he escrito será en vano pero imputaros la falta a vosotros mismos y manteneos alejados.

Aprovechad mi consejo y visitad las fraguas de los herreros si queréis realizar vuestro deseo, porque dentro de Marte, irritado de modo suficiente, encontrareis un azúcar precioso. 

Explicación del arte

En este espejo celeste, con la verdad del arte y la naturaleza y por la cooperación de un fuego celeste, gracias a la fuerza y potencia del rayo extraído del acero de tres maneras distintas y hallado muy claro y diáfano, he podido ver cada una de las cosas que le era posible al ojo captar, e incluso aún más: el cielo y la tierra.

En efecto, he encontrado un primer espejo de un bello color zafiro con una propiedad ígnea, muy salpicado de blanco, gracias al cual he visto el mercurio y la sal de los sabios tan claramente como si hubiesen estado en mi mano.

A partir de él, he obtenido por la fuerza y la virtud del puro acero, un segundo espejo, en el cual he visto el azufre de los sabios parecido a la flor denominada celidonia, tan rica en sal de naturaleza vegetal que crece y aumenta de tal modo, que en este lugar no pude coger tantas flores como hubiese querido, tan fructífera se me apareció en este espejo.

El tercer espejo surgió perfecto de los dos espejos anteriores, de un rojo totalmente ígneo y parecido a un fuego, ya que si se agitaba durante un breve instante, se calentaba y se inflamaba enseguida como un puro fuego, de manera que no podía cogerlo sin temer por mi mano, porque, lo proclamo, he visto que en su interior se ocultaban la divina potencia y un gran arcano. En efecto, en él he encontrado el fuego de los sabios, gracias al cual todo en todo es llevado a la maduración por medio del fuego visible elemental, un fuego que ha sido buscado por muchos en el mundo pero encontrado por muy pocos.

He visto que en su interior se ocultaban la divina potencia y un gran arcano. En efecto, en él he encontrado el fuego de los sabios.

Ahora, con una cuidadosa aplicación, por medio del arte espagírico, he encerrado estos tres espejos en uno solo, en el cual en todo momento veo perfectamente a Dios y todas las cosas, con los tesoros de los pobres: por ello merece ser justamente llamado «tesoro de los tesoros». Lo guardo con cuidado en mi casa a fin de que no me sea arrebatado y para que con él no se dañe a los demás.

Espero confiadamente que este breve discurso será suficiente para dar a conocer a los sabios cómo estas figuras producen un fruto para los amantes del arte espagírico. Con tal de que estén conciliados con Dios y la naturaleza; entonces, en este espejo, de lo que aquí está descrito, propuesto y significado en estas figuras, extraerán muchas más cosas que yo u otros podríamos describir.

En realidad, estas cosas conciernen solamente a los estudiantes del arte espagírico y de la verdadera y sólida alquimia y a los expertos en los trabajos químicos, a quienes se les revelarán también los más ínfimos secretos y arcanos de la naturaleza, por medio de los grados o escalas que deben seguir un orden durante la obra. Por ejemplo, la figura número uno indica el grado de calcinación, bajo el cual también se entiende la reverberación y la gomación. La segunda figura muestra el grado de exaltación, que comprende la sublimación y la elevación junto con la destilación. La tercera figura indica la conjunción al mismo tiempo que la putrefacción, la solución, la disolución, la resolución, la digestión, la circulación. La cuarta figura contiene la multiplicación, que oculta la elevación, el lavado, la inhibición, la cohobación así como la coagulación, fijación, aumentación y la tintura.

A los estudiantes del arte espagírico y de la verdadera y sólida alquimia y a los expertos en los trabajos químicos, a quienes se les revelarán también los más ínfimos secretos y arcanos de la naturaleza.

Quienes tengan que recorrer esta vía deberán ascender a través de estos grados, de manera que los tres espejos sean reunidos en uno sólo, por medio de los cuatro pilares principales – que son la filosofía, la astrología, la alquimia y las virtudes –, y por el alfabeto de la segunda figura, en la circunferencia del círculo, que va revelando limpia y claramente, letra a letra, la verdadera materia de este Arte. Por ello, cuando A, B, C, y (todas) las letras se conozcan en orden, verás fácilmente lo que debe ser visto, al igual que en las primeras y terceras figuras se encuentran las cuatro cualidades – que son los elementos: caliente, seco, frío y húmedo –, que enseñan la verdadera primera y última materia, gracias a la cual alcanzarás todas las cosas, que he descrito con brevedad. Me abstengo de añadir muchas cosas, puesto que antes que yo, excelentes, iluminados y muy doctos hombres de Dios, han escrito también de esta manera: sobre todo porque aquí he propuesto a los principiantes las cosas que se pueden hacer, de las que extraerán quizá para su provecho una mayor inteligencia.

Un escrito rico en expresiones presenta poca utilidad, ya que, espero, todo está descubierto de modo suficiente por estas cuatro figuras. Pero si me doy cuenta de que los amantes de este Arte no han quedado satisfechos, sino que buscan cosas más allá, no le está prohibido a mi pluma el vestir con un orden y fundamento mejor todas estas mismas cosas, probadas por la experiencia. En efecto, un breve librito seguirá, si Dios y el tiempo lo permiten, que punto por punto estará dividido en cuatro partes según la norma de las dos columnas visibles en la primera figura a propósito de la naturaleza y el arte.

Y en la espera de contentaros con este simple plan y pródromo, que es este espejo mío, acordaros de que las cosas sublimes se ofrecen más fácilmente a los humildes que a los soberbios. Puesto que los ojos muy elevados no necesitan de una inteligencia estrecha. Por ello, el texto y el espejo propuestos son eficaces solamente para aquellos que son expertos en el arte de los trabajos espagíricos.

Así concluyo. El fundamento en el arte químico es la suprema medicina que aparece como una pequeña flor muy preciosa compuesta, creada y fabricada por Dios: el agua viscosa, el primer ser, tal como lo enseñan los sabios. De nuestro arte nace, como la suprema tintura, una naturaleza en la que se hallan tres principios, a causa de los cuales nuestra piedra es igualmente triple: mineral, animal y vegetal, es decir, cuerpo, alma y espíritu, producida así por la misma naturaleza, por medio de una miel dulce, una sal húmeda, lunar, líquida como la mantequilla, solar, león verde, azufre oculto, provecho de los sabios, noble alma del cuerpo, quinta esencia, nuestro fuego, la flor que produce la generación, por encima del cual, ningún otro fuego puede operar.

El fundamento en el arte químico es la suprema medicina que aparece como una pequeña flor muy preciosa compuesta, creada y fabricada por Dios.

El fuego de los sabios es el Arte, puesto que sin él todo trabajo es vano: aún cuando trabajaseis centenares de miles de años, sin él todo es inútil y no alcanzaríais ninguna perfección sino que con vuestro tiempo perderíais igualmente vuestro dinero. Por ello aplicaos con diligencia en vuestros estudios y buscad con certidumbre el fuego sin luz ni carbón y utilizad el espíritu vivificante que resucita a los metales muertos. Ya que este fuego es sobrenatural, oculto en la cal viva y el estiércol de caballo. Os daréis cuenta, sin embargo, que aunque hayáis sido liberados de muchos sinsabores gracias a ellos, el final no se puede lograr por su causa, y por eso no hay nada que buscar en medio del estiércol de caballo, ya que no es razonable tratar con divertimentos de este género que merecerían las burlas de todos. Por eso, haced que la antigua piedra os sea conocida, y vuestro deseo será cumplido. ¡Mil veces feliz el que haya recibido este don de Dios!