Este comentario inédito de Menahem ben Benjamin Recanati, traducido y presentado por C. del Tilo, forma parte de la obra de este último «El libro de Adán» (Tarragona, 2002).

Revista-4

Presentación de Carlos del Tilo

Menahem ben Benjamim Recanati fue un cabalista italiano y una autoridad en la Halajá, vivió entre finales del siglo XIII y principios del XIV. Poco se sabe sobre su vida, no obstante, según la tradición familiar mencionada en el Chalchelet ha-Kabbalah, era un hombre ignorante que, milagrosamente, se llenó de sabiduría y entendimiento.

Recanati era un hombre ignorante que, milagrosamente, se llenó de sabiduría y entendimiento.

Escribió tres obras cabalísticas: Piruch al haTorah (Venecia, 1523), Ta’amei haMitzvot Halakhot (Constantinopla, 1544) y Piruch haTefilot (ibid., 1544); y una obra sobre la HalajáPiskei Halakhot (Bolonia, 1538). Gran parte del Ta’amei haMitzvot, en el que Recanati trata de la naturaleza de las sefirot, aún no ha sido editado. Según Recanati, las sefirot no son la esencia de Dios, sino vestidos con los que se envuelve e instrumentos a través de los cuales actúa. Rabí Juda Hayyat, en su comentario al Ma’arekhet haElohut, cita un extenso pasaje del Ta’amei haMitzvot donde se explicita la opinión de Racanati que acabamos de apuntar respecto a las sefirot. En sus discusiones acerca de esta cuestión, también algunos cabalistas del s. XVI, principalmente Isaac Mor Hayyim, Elhanan Sagi Nahor, Salomón Alkabez y Moisés Cordovero, aluden al punto de vista de Recanati. Incluso aquellos que se oponen a su teoría se refieren a él con admiración y respeto.

A excepción de sus consideraciones sobre la esencia de las sefirot, la doctrina de Recanati procede básicamente de fuentes escritas y gracias a él se han conservado hasta nuestros días las enseñanzas de muchos cabalistas. Empleó diversas fuentes que normalmente no cita por sus nombres y, principalmente, está en deuda con Najmánides, a quien denomina “el gran rabí”. Otro cabalista que menciona con frecuencia es rabí Ezrá, cuyo nombre cambia en ocasiones por Rabí Azriel, y emplea los escritos de Jacob ben Chechet Gerondi, Acher ben David, José Gikatilla y Moisés ben Chem Tov de León. Otras de sus fuentes importantes fueron el Sefer haBahir y el Sefer haZohar, cuyo texto cita a menudo, a pesar de que sólo tuvo acceso a un número limitado de sus secciones.

La doctrina de Recanati procede básicamente de fuentes escritas y gracias a él se han conservado hasta nuestros días las enseñanzas de muchos cabalistas.

Veamos el inicio del «Comentario a la Torá» de Menajem ben Benjamín Recanati donde se refiere a la primera palabra del Génesis bíblico: Be-rechit, compuesta por la partícula be, que significa ‘en un’ o ‘por un’, y la palabra rechit, que significa ‘comienzo’.

«Comentario sobre el Génesis» de Manajem de Recanati

“BERECHIT, ‘en (o por) un comienzo’, creó Elohim los cielos y la tierra” (Gn 1, 1). Según el saber de nuestros maestros, bendita sea su memoria, y de acuerdo con el Sefer haZohar, la palabra ‘comienzo’, rechit, alude a la Sabiduría suprema, Jokmah, llamada sabiduría de Elohim y denominada en el Sefer haZohar: “Punto uno, secreto supremo”. Es la segunda sefirah que emana de la primera y que se llama comienzo, rechit, según el sentido que se le da en el Guizrat haEl; y así lo han dicho nuestros maestros, bendita sea su memoria, en el Sefer haBahir: “No hay comienzo, rechit, sino en sabiduría, Jokmah”. Por eso, en el Targum de Jerusalén han traducido: “En la Sabiduría” en vez de “En el comienzo”. Es lo que está escrito: “El comienzo, rechit, de la Sabiduría, es el temor del Nombre” (Sl 111, 10). En efecto, está escrito: “El temor del Nombre es la Sabiduría”.

No hay comienzo sino es en la Sabiduría, por eso, en el Targum de Jerusalén han traducido: “En la Sabiduría” en vez de “En el comienzo”

El Targum Onqelos también traduce ‘en los comienzos’, be-qadmin, aludiendo a los treinta y dos senderos de la Sabiduría; y por ello no dice ‘en el comienzo’, be-qadmita, y es lo que dijeron nuestros maestros, bendita sea su memoria, en el Midrach Berechit Rabbá: “Por mérito de tres cosas fue creado el mundo: por el mérito de jalah (1), por el mérito de los diezmos (maasrot), por el mérito de los primogénitos (bicorim) y estos tres son llamados ‘comienzo’, rechit. También han dicho nuestros maestros: Por el mérito de Moisés, respecto al cual está escrito: Vio el comienzo, rechit, para él” (Dt  33, 21).

Se encuentran [en la Escritura] muchas palabras llamadas rechit, pues la Sabiduría de Salomón se llama también rechit, en el sentido de que es el comienzo, rechit, para el mundo de los que están separados (2), aludiendo al tema del jalah, de los diezmos y de los primogénitos.

Igualmente cuando dicen: “Por el mérito de Moisés”, aluden al espejo brillante que es el comienzo, rechit, de las cinco sefirot inferiores y ciertamente es la raíz de su disposición, ya que rechit alude a la sabiduría de Elohim, puesto que por ella fue creado el mundo, según lo que ha sido escrito: “En la Sabiduría, el Señor fundó la tierra y toda la Escritura es estable en la Sabiduría” (Pr 3,19).

También la letra bet, de la palabra Berechit, alude a la Sabiduría (Jokmah) llamada ‘casa’, bait, según lo que está escrito: “Está en la casa (bait) de los senderos” (Pr 8, 2). Se refiere a los treinta y dos senderos de la Sabiduría y por eso es grande. Y en el Sefer haBahir [se dice]: “¿Por qué empieza [la Torá] con una bet lo mismo que la palabra ‘bendición’, berajah? Porque no hay bendición sin Sabiduría, Jokmah”. Y en el Cántico de Rabí Nehunia ben haQanah, ¡la paz esté sobre él!, está escrito: “Haces que reine en la gloria la segunda sefirahJokmah, llamada bendición, que procura la abundancia del manantial del Santo, bendito sea”.

También la letra bet, de la palabra Berechit, alude a la Sabiduría llamada ‘casa’, bait,

Y en el Midrach Berechit Rabbá [se dice]: “¿Por qué por la bet? Porque la bet tiene dos puntas, una hacia arriba y otra hacia abajo”. Nuestros maestros dijeron a la bet: “¿Quién te creó? Y ella respondió: Al ver la punta hacia arriba es cuando el Nombre uno me creó”. Y puesto que la letra bet alude a al Sabiduría, Jokmah, en la que todo se hizo, encontramos que esta letra actúa en todas las cosas.

Y en la unión de la letra bet con el secreto de la alef , tomada de la palabra Atzilut, ‘emanación’, está el padre, ab, de todas las generaciones que proceden de su emanación, en su abundancia, desde la alef, que alude a Keter elion, la primera sefirah, y que por la efusión de la letra nun, que se encuentra en el centro del alfabeto, la bet por su unión [con la nun] engendra el hijo, ben; y si la bet se sitúa entre la letra qof y la rech, entonces es qeber, ‘tumba, matriz’; y ella entra allí a fin de despojar al alma (nechamah) de su cuerpo y buscarle el descanso para penetrar en el palacio real.

Además, la letra bet actúa colocándose entre las dos últimas letras del alfabeto, chin y tav, para alcanzar la luz suprema, el descanso de los espíritus, y entonces es el chabat (3), que está en situación de engendrar y actuar, ya que es el secreto del gran Jubileo, y allí están las delicias de las almas en la contemplación de la gracia del Señor. Y de esta esencia, llamada Jokmah, en su realidad, nacieron todas las creaciones, en potencia hasta su término; de allí cada cosa está dicha, determinada para su finalidad. Es como si dijeras que, en el ser del primer Adán, están en potencia cada una de las producciones futuras que de él surgirán. Así, en esta esencia se encuentran todos los seres en su potencia.

De esta esencia, llamada Sabiduría, en su realidad, nacieron todas las creaciones, en potencia hasta su término; de allí cada cosa está dicha, determinada para su finalidad.

Encontramos en el Sefer haBahir: “¿Por qué se parece la bet a Adán, que está formado en la Sabiduría? Porque está cerrada por todos los lados pero abierta por delante; y la letra alef está abierta por detrás, es decir, que está abierta para recibir de Keter, y tiene una abertura para la efusión de la abundancia por detrás”.

Leemos en el Sefer haZohar: “La bet es la casa, beit, de la Sabiduría, Jokmah”. He aquí que, según esta opinión, la bet de “En el comienzo”, Berechit, no tiene utilidad ya que si la tuviera, sería patente que el Santo, bendito sea, la necesitaba en la creación de su mundo y la unión no sería perfecta; por ello explicamos que la bet es el comienzo, rechit, ciertamente, lo que puede constatarse según la opinión de nuestros maestros, bendita sea su memoria, en el Sefer haZohar: “No es de extrañar si es útil, ya que el Santo, bendito sea, bendice y dignifica todas sus obras, haciéndolo mediante sus medidas, como lo hace el alma (nechamah) en los huesos de un cuerpo muerto, confortándolo en todos sus órganos”.

La bet es la casa, «beit», de la Sabiduría,

Encontramos en el Sefer haZohar: “En el comienzo, Berechit, creó Elohim. En él creó su mundo, en él hizo salir las luces, por él dio la fuerza a todo”.  Dijo Rabí Iehudah: Sobre ello está escrito: “¿Acaso se jacta el hacha ante el que corta con ella?” (Is 10, 15) Se celebra a aquél que opera con ella; así, con este comienzo, rechit, creó Elohim.

Además añada el Sefer haZohar: “Con este comienzo, rechit, creó aquello oculto que no se conoce por el Palacio; y este Palacio es llamado Elohim y es el secreto de: “En el comienzo o, por el comienzo, rechit, creó Elohim”.

Y en el Midrach Berechit Rabbá, dice la Torá: “Fui el útil del Santo, bendito sea”, y alude a la antigua Torá de la cual se dijo: “Fui, junto a él, artesano” (Pr 8, 30).

Quizá preguntarás: ¿Si la Sabiduría, Jokmah, es la segunda sefirah, por qué se llama ‘comienzo’, rechit? Y así, en sus declaraciones, ¿por qué el Sefer Yetsirah llama a la primera sefirah: “Un soplo de Elohim viviente”? La respuesta es que está prohibido buscar más allá, como lo han dicho nuestros maestros, bendita sea su memoria: “No investigues lo inconcebible” (Talmud haGuigah, 13a), ya que el hombre no lo puede alcanzar. Por eso, la cosa es llamada ‘comienzo’, rechit, a pesar de que sea la segunda en número. Y así han dicho nuestros maestros, bendita sea su memoria, en el Sefer haZohar respecto a la sefirah Jokmah. Después está el punto que no puede ser conocido en absoluto y, a causa de esto, se le llama ‘comienzo’, rechit, palabra anterior a todo.

Además, es el que recibe primero la abundancia pura y nítida, y de él procede la abundancia de la bendición y el ser para todas las sefirot, ya que el ejercicio de la bendición viene del Ayn Sof, bendito sea, que sin interrupción se derrama en bendición. Por eso, Jokmah parece estar en primer lugar, y esto alude a dos comienzos, rechit, para decir que la bet de be-rechit [que vale dos] rechit, es el segundo. (4)

La Sabiduría parece estar en primer lugar y esto alude a dos comienzos, rechit, para decir que la bet de be-rechit, es el segundo.

Así esta escrito en el Sefer haZohar: “Así ([respecto a Jokmah] está dicho: Be-rechit, por decir de modo abreviado: dos rechit; la Sabiduría, Jokmah, es la segunda sefirah, pero es llamada rechit, a pesar de que Keter, ‘la Corona’ suprema y oculta, sea la primera en realidad, pero no entra en la cuenta de las sefirot. Por eso, la segunda sefirah, o sea la Sabiduría, Jokmah, está considerada como el comienzo, rechit, y se dice respecto a ella: be-rechitbe, ‘dos’ o ‘segundo’, porque aparece en segundo lugar en la cuenta de las sefirot; pues la Corona, Keter, no se cuenta.”

Dijo Rabí Josi: Esta palabra: “En el comienzo”, be-rechit, lo incluye todo y todo le está sometido, según está escrito: “Hiciste todas tus obras con la Sabiduría, Jokmah, la tierra está llena de tus adquisiciones” (Sl 104, 24), aludiendo a Jokmah que emana de Keter, como ha sido dicho: “Y la Sabiduría ¿a partir de dónde, meayn, se encontrará, y cuál es el lugar de la Inteligencia, Binah?” (Jb 28, 12). Como si dijera que la esencia de la Sabiduría procede ‘de la nada’, min haayn, y de la alef, y la yod de la Inteligencia, Binah, ya que la yod alude a la Sabiduría que, desde allí, hace que emane la Inteligencia.

Esta palabra: “En el comienzo”, lo incluye todo y todo le está sometido

La palabra ayn, ‘nada’, alude a un gran secreto; la alef alude a Corona suprema, Keter, bendita sea, y, en guematría, [equivale] a la fuerza sublime; por eso se encuentra a la cabeza de las letras, como ha sido dicho: “Y Adonai a (o, ‘en’) su cabeza” (Mi 2, 13).

Encontramos en el Sefer haBahir: “La alef es la cabeza [o el ‘principio’] de todas las letras y no sólo eso, sino que la alef es la causa de la subsistencia de todas las letras; la alef es semejante al cerebro, es como cuando piensas y abres la boca conforme con el pensamiento; cuando piensas el Ayn Sof, el sin fin ni límite, y que todas las letras saldrán de la alef ¿acaso no lo ves? Ya que está al frente o a la cabeza de ellas; y se dijo: “Y el Adonai a su cabeza” (Mi 2,13) Y estamos seguros de que cada Nombre escrito YHVH, es el Santo, bendito sea, nombrado y está nombrado en el Santo. ¿Y por qué en el Santo? En el Templo Santo. ¿Y dónde está el Templo Santo? Significa en el pensamiento, es decir, en la alef. ¿Y por qué en el pensamiento? Porque gobierna a los que lo necesitan, todos los que están arriba y abajo en el mundo.

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NOTAS:
  • * Según los datos de la Encycloepia Judaica (16 vols.) Keter Publishing House, Jerusalem Ltd, 1972.
  • 1. Jalah: porción de la pasta del pan que antiguamente se entregaba al sacerdote.
  • 2. Los ‘que están separados’ son los santos, que se han separado del mundo excremental.
  • 3. La bet entre la shin y la tav produce Shabat: sábado.
  • 4. Be-Reshit puede leerse también: dos comienzos, ya que la letra bet vale dos.

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