Fragmento del «Chequel ha-Qodesh» de Rabí Moisés de León que sitúa el origen de la Cábala en Adán. Traducción y presentación: Lluïsa Vert.

Presentación

Rabí Moisés ben Chem Tov, nació hacia 1240 en la ciudad de León y murió en 1305 en la villa de Arévalo. Fue un escritor prolijo a quien, entre otras muchas obras, se le atribuye la autoría del famoso Zohar. El fragmento que presentamos pertenece al Siclo del Santuario que se supone que fue escrito en 1292, al tiempo que su autor estaría  redactando el ya mencionado Zohar.

Las relaciones entre los escritos de Moisés de León y los de otros cabalistas castellanos de la época son muy numerosas; estaríamos hablando de una época y de una zona, Castilla y Aragón, en las que se originaron multitud de textos cabalísticos, quizá a causa de una cierta relajación por parte de sus autoridades rabínicas y quizá también por la necesidad presente en todos estos autores de la transmisión de su sabiduría. Un texto de rabí Bahia ben Acher de Zaragoza es ilustrativo al respecto: “La Sabiduría está llamada ‘libro’, porque las generaciones se suceden y la sabiduría sólo permanece gracias al libro. Por eso, incluso la Sabiduría superior está llamada ‘libro.”

La Sabiduría está llamada ‘libro’, porque las generaciones se suceden y la sabiduría sólo permanece gracias al libro.

También  Moisés de León en varias de sus obras alude a las razones que le mueven a poner por escrito unos misterios que, teóricamente, solo deberían enseñarse en el secreto de una escuela, la cita que sigue es uno de estos ejemplos:

“No obstante revelo el contenido de los misterios profundos que no es conveniente desvelar porque he visto a los hijos de este mundo compartir ideas y pensamientos extranjeros y exteriores, y, en estas cosas, una generación va y otra viene y esta concepción persiste siempre, nadie escucha y nadie se preocupa por preguntar y buscar en relación a este asunto; me he visto obligado a revelar y a dar a conocer cosas que los antiguos vigilaban, habían cerrado la puerta y habían ocultado los misterios profundos que no conviene desvelar. Pero sé que es una buena acción el traer la oscuridad a la luz (Jb 12, 22: Él trae la oscuridad a la luz).”

Me he visto obligado a revelar y a dar a conocer cosas que los antiguos vigilaban, habían cerrado la puerta y habían ocultado los misterios profundos que no conviene desvelar. 

Como hemos dicho se encuentran multitud de afinidades entre los escritos de Moisés de León y sus contemporáneos, de tal modo que quizá convendría hablar de una escuela castellana cuyas figuras más representativas serían: rabí Moisés de Burgos, rabí Isaac ha Cohen de Soria, el gran José ben Abraham Gikatilla y el propio Moisés de León.

 

Texto de rabí Moisés de León respecto a la antigüedad de la cábala

A continuación voy a tratar y penetrar en el secreto de estas cosas, del orden de su existencia, según la posesión de la temible sabiduría que es la raíz y el fundamento de todas las sabidurías. Se denomina cábala, pues es una tradición (qabalah, de quibel: recibir) recibida por Moisés -que la paz esté con él- en (del) Sinaí. Éste la transmitió a Josué, y Josué a los ancianos, los ancianos a los profetas y los profetas la transmitieron a los miembros de la Gran Asamblea, a la manera o del mismo modo que la transmisión de la Torá (1). Se transmitieron unos a otros el contenido de esta sabiduría.

«Se denomina cábala, pues es una tradición recibida por Moisés en (o del) Sinaí.»

Verdaderamente, la vía de esta sabiduría le fue dada al primer hombre en el momento en que Él lo introdujo en el Jardín del Edén y le dio el secreto de esta sabiduría. Ella permaneció con él hasta que pecó y fue expulsado del Jardín del Edén.

Después de esto, cuando murió el primer hombre, su hijo Set heredó esta sabiduría, puesto que había sido creado a su imagen y a su semblanza (al recibir la Sabiduría, se restablece la primera unidad del hombre, a imagen y semblanza de Dios), como está dicho: Engendró un hijo a su semblanza, como su imagen (Gn 5, 3). Seguidamente esta sabiduría fue revelada a Noé, el justo, después él se la dio como herencia a Sem, su hijo, hasta que Abraham, nuestro padre, que la paz sea con él, la heredó y por medio de esta sabiduría sirvió a su creador: Observó mi observancia, mis mandamientos y mis leyes (Gn 26, 5).

Abraham la dio como herencia a Isaac, e Isaac a Jacob y éste la legó a sus hijos. Hasta que las generaciones ulteriores subieran al monte Sinaí y que fuera legada a Moisés, que la paz esté con él, como hemos dicho. A partir de entonces, en todas las generaciones que siguieron, cada uno la recibió (quibel, de aquí cábala, que significa recepción) de la boca de su prójimo. Pero a causa de este exilio profano y de la multitud de desgracias, esta sabiduría ha sido olvidada, a excepción de un pequeño número: …uno por ciudad, dos por familia (Jr 3, 14) Y estos han despertado esta sabiduría en cada generación.

Todas las generaciones que siguieron, cada uno recibió (quibel, de aquí cábala) la sabiduría de la boca de su prójimo.

Así, esta sabiduría es una tradición que se recibe (qabalah) de la boca de alguien, y toda la Torá -la Torá escrita y la Torá oral-, está fundada sobre esta sabiduría. En consecuencia es necesario despertar esta sabiduría y cultivarla según el buen método conforme a la obtención de la verdad. Esto en la medida de mis fuerzas y con la ayuda de Dios. (2)

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NOTAS

1. La transmisión de la cábala sigue un camino idéntico que la transmisión de la Torá, como se explica en la Mishnah Avot 1, 1: “… la cábala, pues, extrae su autoridad de la misma fuente que la Torá y sigue el mismo camino”.

2. Esta es la auténtica tradición cabalística que procede Adán. Moïse de Léon, Le sicle du Sanctuaire, Verdier, 1996. pp. 109-111.