A propósito de la edición del libro de poemas “La luz y las simientes” de Raimon Arola por la editorial “El gallo de oro” que acaba de aparecer. Lluïsa Vert, Thibault Legendre, Raimon Arola.

Una sola semilla incluye todo el misterio del mundo. ¿Quién la hará reverdecer? Y, ¿quién la hará fructificar?Louis Cattiaux

Información del libro

INFORMACIÓN LIBRO

Vídeos de la presentación

Tráiler de Ezza y Albert Pala Palasi

Explicación, primera parte

 

Texto de Lluïsa Vert

Más allá del hecho estético, la poesía debería ser, según Raimon Arola, el medio para alcanzar los límites del pensamiento racional y en este lugar liminal dejar fluir las palabras para que puedan manifestar otro tipo de razób, la razón poética de Zambrano, pues en ella es donde reside lo auténtico y lo propio del ser humano. Podría decirse, pues, que la poesía es la herramienta para desarrollar en profundidad la experiencia del existir.

O cómo escribió en otra ocasión Teresa Costa-Gramunt sobre la poesía de Arola: “Hay que considerar la poesía como un saber, ya que contrariamente a lo que se pueda pensar, dada la banalidad imperante, la poesía no es simplemente una expansión de la sensibilidad en el campo de la literatura o el arte, aunque se nutra de la sensibilidad con la que percibimos la realidad. La poesía es arte de vida en sentido global; es una vía de conocimiento de esa belleza secreta, misteriosa e indivisible que es la vida interior, la espiritual. La poesía, cuando es auténtica, es vehículo de la gnosis o conocimiento”

Por eso la luz a la que se refiere el título del libro que acaba de aparecer, es la que serena y viste de hermosura el aire de Fray Luis de León. Una luz no usada, virginal, de un precioso color azul como el de la cubierta, una luz preñada con todas las semillas de la creación.

Vas hacia la luz,

vas hacia el Oriente

siguiendo la fragancia

de una flor extraña…

Uno va hacia esta luz, la busca porque se trata de la purísima luz de la sabiduría que acompañaba el creador durante la obra de la creación y el artista la busca para que ilumine su obra con un luz nueva, no subjetiva sino universal, esta misma luz es yace en el interior de cada ser humano desconocida u olvidada la mayoría de las veces.

Has contemplado el silencio

en la oscuridad de tu corazón

y has implorado para entender

lo que habita dentro de ti…

La luz es la unidad de la que todo surge, el principio de la vida que se diversifica en infinidad de matices. Como hemos dicho, cada ser vivo contiene una porción, una semilla de esta luz enterrada en lo más profundo de su ser, y a cada uno le corresponde encontrarla y manifestarla. Se podría decir que esta luz es tanto la unidad como la multiplicidad. El èter que nos rodea por todas partes y este mismo éter condensad0 en una semilla, recuerdo del antepasado, que vivifica a tode ser vivo.

Has aprendido a mirar

la oscuridad de la tierra,

y trasformado, caminas

por encima de las cenizas

de los antepasados,

el lugar preciso donde

las semillas germinan.

El autor, Raimon Arola, es doctor en Historia del arte y ha sido profesor de la Universitat de Barcelona durante muchos años. Especializado en la historia de la religión y en el estudio del significado simbólico de las obras de arte, ha publicado diversos ensayos sobre estos temas antes de dedicarse completamente a la poesía, como síntesis de sus estudios anteriores.

El amigo y el amado, solos,

escuchan el murmullo de

cuando estaban desunidos

y hablaban del bien y del mal.

Ahora, en silencio,

practican la religión

inevitable de la luz.

El amigo y el amado, juntos,

en la perfección traslúcida

-sin yo y sin tú-,

son el fundamento del dios vivo.

Selección de poemas