Presentación
La raíz de las palabras proféticas es divina, por eso se las llama palabras vivas, se las considera también palabras creadoras porque cuando se pronuncian crean aquello que nombran. Ello se debe a que por medio del profeta, el Santo, bendito sea, puede hablar, es decir, el profeta pronuncia la palabra de Dios y la Torá escrita y la Torá sobre la boca, o Torá oral, se unen en la palabra profética. El cabalista gerundense Isaac el Ciego comentaba una sentencia del Midrach Tanhuma (I, 1) del modo siguiente: “La Torá ha sido escrita con fuego negro sobre fuego blanco”, relacionando la Torá escrita con el fuego blanco, cuando las formas de las letras son ilegibles hasta que los puntos vocálicos, la potencia del fuego negro, viene a animar a las letras y permite su comprensión.
«La Torá ha sido escrita con fuego negro sobre fuego blanco”, la Torá está escrita con fuego blanco, las letras ilegibles hasta que los puntos vocálicos, la potencia del fuego negro, venga a animarlas
Tradicionalmente se dice que la Torá oral es la ayuda para comprender la Torá escrita, que una necesita de la otra, y de tal modo es así que en el Sefer haZohar (I, 48b) se relaciona la creación de Eva, que es la ayuda idónea para el hombre, con la Torá oral, que es la ayuda idónea para comprender la Torá escrita. Lo que acabamos de afirmar procede de un comentario al versículo: “Y el Señor Dios construyó el costado que había tomado del hombre” (Gn 2, 22) y en él se explica que el costado, Eva, representa la Torá oral, que primero es un espejo que no brilla y que poco a poco se ilumina. En él, el cabalista contempla todo lo que desea ver.
Después el texto prosigue relacionando las dos Torá con el secreto del Nombre de Dios completo: “El versículo del Génesis dice: El Señor Dios, (Adonai Elokim) lo que alude al secreto del nombre completo, es decir, en la creación de Eva se unen los dos aspectos de Dios, los dos lados se unen en el centro, los dos lados llamados Hojmah y Binah”. Pero, ¿qué significa esto? Para profundizar en este tema debemos tener en cuenta una idea fundamental del pensamiento de los sabios hebreos y es que, a causa de la caída del primer hombre, el Nombre de Dios quedó dividido en dos partes; una de ellas reposa escondida en el fondo del ser humano, prisionera y olvidada; la otra parte, volátil, yerra en el cielo en busca de un lugar. La obra de la cábala consiste en volver a unir estas dos partes del Nombre. Se trata del mismo misterio explicado por la imagen del hombre primordial, que al principio era hermafrodita y que, por la transgresión, fue separado en dos sexos.
El Nombre de Dios se ha dividido por la caída, una parte reposa en el fondo del ser humano; la otra parte yerra en el cielo en busca de un lugar. La obra de la cábala consiste en volver a unir estas dos partes del Nombre.
Así, cuando se dice que en la creación de Eva se unen los dos aspectos de Dios, se está aludiendo a la restauración del Nombre, como se continúa explicando en el mismo Sefer ha-Zohar: “Todo aquel que observa las palabras de la Torá y se dedica a ellas, es como si observase el Nombre Santo. Hemos aprendido que la Torá, toda ella, es el Nombre del Santo, bendito sea, y quien se dedica a ella es como si se dedicase al Nombre Santo; la Torá entera es un sólo Nombre Santo, el Nombre Supremo, el Nombre que incluye todos los demás nombres, YHVH. De ahí que aquel que hace desaparecer una sola letra de la Torá deteriora el Nombre Santo; por eso las palabras: ‘No mencionaréis el nombre de otros dioses’. (Dt 13, 13), se explican en el sentido de que no añadiréis nada a la Torá ni suprimiréis nada de ella, pues se deteriora el Nombre Santo y se fortalecen los otros dioses” (Zohar, II, 124a).
Presentamos a continuación unos fragmentos del cabalista español José Gikatilla (1248-1305?) que proceden de su obra titulada Chaarei Orah (“Las puertas de la luz”) y que profundizan en el sentido de lo que acabamos de proponer. En el primero de ellos Gikatilla se refiere al significado del Tetragrama:
Desarrollo del texto de Gikatilla
Después de haberte dado a conocer estos grandes principios, ahora debemos poner el mayor entre tus manos. Debes saber que el Nombre único llamado YHVH, bendito sea, es la raíz y origen de todos Sus Nombres y de todos los Nombres que contiene. Todas las sefirot superiores se organizan y todos los grados del mundo están ordenados en Él. Transporta todas las carrozas superiores e inferiores. Las letras y los puntos vocálicos dependen igualmente de este Nombre, al igual que todo lo formado, y esto incluye la misma naturaleza de la palabra.
Todo se sostiene por este Nombre. No creas que las palabras que hemos expuesto hasta aquí deben aceptarse y admitirse sin razón. Estas palabras son la cábala y la tradición y estamos perfectamente informados al respecto. Podemos aportar las pruebas y las razones de la perfección de nuestra Torá por la visión luminosa que nuestros ojos han podido contemplar. Ahora, que te hemos hecho conocer todo eso, debemos iluminarte respecto a las letras YHVH, bendito sea, pues éste es el fin de este libro.
Todo se sostiene por el Nombre. No creas que las palabras que hemos expuesto hasta aquí deben aceptarse sin razón. Estas palabras son la cábala y la tradición y estamos perfectamente informados al respecto
El misterio de la primera letra: que es la yod, es el punto del pensamiento que da forma y que ninguna criatura puede contemplar, pues es demasiado elevado para unos ojos vivientes y nadie puede contemplarlo. El misterio de la letra yod del Nombre se denomina “Maravilla de la Sabiduría” y está dicho respecto a ella: “Lo que está por encima de ti no debe considerarse y lo que te ha sido ocultado no debe ser examinado”. Se la llama igualmente “Sabiduría oculta” respecto a la que ha sido dicho: “Pero, ¿la sabiduría dónde se encuentra?” (Jb 28, 20) Y, ¿cómo puede llamarse Sabiduría? Se responde “Está oculta a los ojos de todo viviente” (Jb 28, 21) Y está escondida para todo el mundo creado. Esta yod se denomina “Voluntad sin límites” e igualmente “Pensamiento” del que la Escritura dice: “¡Qué profundos son tus pensamientos” (Sl 92, 6) […]
El misterio de la segunda letra del Nombre: es el misterio de la he y el misterio de Binah, “Inteligencia” o “Discernimiento”, que está contenido entre la lengua y la boca. Pues la vida se une a Binah y las sefirot inferiores reciben su vitalidad de ella, así como lo que está por encima. Estas cualidades se explicarán, con la ayuda de Dios cuando tratemos de la sefirah Binah, en el misterio de la yod y la he. (Ver más abajo)
El misterio de la tercera letra del Nombre: es el misterio de la vav, que está contenido en los seis sefirot, según el valor numérico de la letra (la letra vav, vale 6). Guedulah, Geburah y Tiferet, en la parte superior de la vav y Netzah, Hod y Yesod, en la inferior. Las seis sefirot están contenidas en la vav. Así la letra vav se levanta en el lugar del Nombre completo. Escruta las profundidades y las maravillas sutiles de las letras del Nombre y, con la ayuda de Dios, que tus ojos las contemplen y se regocije tu corazón.
El misterio de la cuarta letra del Nombre: es el misterio de la última he, que es el misterio de Malkut, “el Reino”, y es el misterio de la unidad de Dios, bendito sea. En ella se prepara la fe en la unidad del Creador. Pues es el misterio de la he inferior, gracias a la cual esta unidad existe, según el misterio de: “Un río salía del Edén, para regar el jardín y desde allí se dividía en cuatro fuentes” (Gn 2, 10). Se trata del misterio de los cuatro campos de la Shekinah y así puedes constatar que el Nombre YHVH, bendito sea, contiene las diez sefirot en un orden correcto. (1)
El misterio de la cuarta letra del Nombre: es el misterio de la última he, que es el misterio de Malkut, “el Reino”, y es el misterio de la unidad de Dios, bendito sea. En ella se prepara la fe en la unidad del Creador
El valor de las dos primeras letras del Nombre
El otro fragmento trata del “misterio de la iod y la he”. Como veremos estas letras se refieren a las tres sefirot superiores, separadas de las otras siete inferiores, representadas por la vav i la última he. Estas dos últimas letras al simbolizar a las sefirot inferiores, son susceptibles de ser atacadas por la impureza, personificada en el relato por Amalec. Cuando eso sucede, cuando Amalec actúa, se rompe el contacto entre los mundos, el Nombre único YHVH se separa y la angustia se apodera del mundo. En cambio, cuando Amalec es derrotado, se restituye la unidad primordial vuelven los tiempos mesiánicos. Por eso Gikatilla explica lo siguiente:
El noveno nombre, entre los Nombres sagrados se llama Yah (yod-he). Debes saber que el gran Nombre YHVH, bendito sea, se llama “Nombre único”, en el sentido de que contiene la unidad de las diez sefirot. Ya hemos explicado que las dos primeras sefirot están contenidas en la letra yod del Nombre único: la punta de la yod es el secreto de Keter, “Corona”, y la raíz de la yod es el secreto de Jokmah, “Sabiduría”. La tercera sefirah, que está unida a las dos primeras, es el secreto de Binah, “Inteligencia”, que esta contenido en el secreto de la primera he del Nombre. […]
La letra siguiente, vav, contiene las seis sefirot subsecuentes, tres en la mitad superior de la vav y tres en la inferior. Mientras que la última sefirah, la décima, está contenida en la última letra del Nombre, es decir la letra he.
Aprenderemos ahora porqué las dos primeras letras del Nombre se pueden pronunciar y las otras no. Y hemos explicado la función de las dos he: la primera, que es Binah, unifica las siete sefirot inferiores, mientras que la segunda he, que es Malkut, “el Reino”, reúne las nueve sefirot superiores gracias a Yesod, “Fundamento”.
Para concluir, la clave del conjunto de las diez sefirot es que las tres superiores fluyan sobre las siete inferiores. Si, Dios no lo quiera, las tres superiores dejasen de fluir, entonces el Templo sería destruido, el Palacio, quemado, y los hijos dispersados entre las naciones. […]
La clave es que las tres sefirot superiores fluyan sobre las siete inferiores. Si las tres superiores dejasen de fluir, entonces el Templo sería destruido, el Palacio, quemado, y los hijos dispersados entre las naciones
Debemos informarte respecto a los numerosos lugares donde está mencionado el Nombre de Yah, en la Torá, como por ejemplo: “El estandarte de Yah en la mano. YHVH en guerra contra Amalec de generación en generación” (Ex 17, 16) ¿Qué significa “de generación en generación”? El versículo significa que Amalec, el malvado, proviene del poder de la serpiente, allí se religa y de allí surge su fuerza. Cuando la serpiente primordial lanzó su impureza en Eva, Adán fue alejado de su fuente superior y fue separado de su señor. […] Cuando vino Amalec, intensificó esta imperfección y golpeó en la cadera de Jacob, causando la desgracia de la casa de David. […] Así se dice que la serpiente primordial y Amalec, golpearon juntos las dos últimas letras del Nombre VH, y que sus manos tocaron todo lo concerniente al Nombre, excepto las letras YH, pues no tenían ninguna posibilidad de alcanzar a los príncipes superiores. […]
(Amalec), llega para detectar los misterios de Israel y coge las dos últimas letras del Nombre VH [tradicionalmente estas dos últimas letras se pronuncian Hu, que significa ‘el’]. Así: “El estandarte de Yah en la mano. YHVH en guerra contra Amalec de generación en generación”. Cuando se dice “YHVH en guerra contra Amalec” no sé de qué se trata. Cuando se dice: “de generación en generación” desvela el dominio y el lugar de los que se ha apropiado Amalec. […]
Durante el periodo que Israel está en exilio, el mal rodea a Abraham, Isaac y Jacob y David, contenidos en el secreto de Hu, entonces el nombre Yah es indispensable para salvarlos y rescatarlos. A esto se refiere: “Yah es mi fuerza y mi canto, le debo mi salvación” (Ex 15, 2) Y está dicho: “Desde mi angustia he clamado hasta Yah” (Sl 118, 5). La palabra metzar, ‘angustia’, es el secreto de Hu, las desgracias [término que significa también Egipto o la encarnación] de los setenta príncipes de las naciones que los rodean.
Durante el periodo que Israel está en exilio, el mal rodea a Abraham, Isaac y Jacob y David, contenidos en el secreto de Hu, entonces el nombre Yah es indispensable para salvarlos y rescatarlos.
La restauración de la dos letras últimas del Nombre
Pero cuando Amalec es derrotado, las tres sefirot superiores, representadas por la primeras letras del Nombre, fluyen por medio de Binah, llamada ‘canal’, sobre las inferiores, el Nombre se reúne en el “Nombre único” y vuelven a la tierra la salvación y la redención. A eso se refiere la continuación del texto de Gikatilla:
“Yah es mi fuerza y mi canto y le debo mi salvación” (Ex 15, 2) La Torá lo dice de un modo alusivo, pero el profeta dice más explicitamente: “…pues mi fuerza y mi canto es YHVH, él ha sido mi salvación” (Is 12, 2) Ya no existe el temor ni existe Egipto. La Torá dice: “Yah es mi fuerza y mi canto” y el profeta interpreta: “mi fuerza y mi canto es YHVH”, cuando el fluido de Yah se religa desde lo alto a las dos últimas letras del Nombre, Hu. Antes era Yah, cuando se ha unido, es YHVH único, y se convierte en la salvación completa. Quien comprenda eso, comprende el secreto de: “El estandarte de Yah en la mano. YHVH en guerra contra Amalec de generación en generación” (Ex 17, 16), el secreto de: “La realeza para YHVH” (Ob 1, 21), y el secreto de “Este día YHVH será Uno y su Nombre será Uno” (Zc 14, 9) por el Nombre completo YH, Yah, con VH, Hu. (2)
El tercer fragmento que presentamos se refiere a las dos últimas letras del Tetragrama, la vav y la última he, estas letras con la alef (que es muda) forman la palabra Hu, que significa “él”. Se trata de otro nombre divino y como tal aparece en numerosos versículos. Se refiera a la presencia de Dios en el hombre, por eso este nombre tiene también un anverso y se utiliza en algunos casos para designar a los grandes pecadores. Así, según Hu reciba el influjo luminoso de la misericordia, o permanezca vejado e inmanifestado en el interior del ser humano, se manifiesta de un modo u otro, en el rigor o en la misericordia, los dos lados del árbol sefirótico. Dice Gikatilla:
Esta sefirah alusivamente se denomina Hu, “él”, en la Torá y en otros lugares. Y he aquí la explicación. Debes saber que cuando la sefirah Keter, está oculta y disimulada, nadie puede contemplarla, sino es de oídas y no con conocimiento, como lo ilustran las palabras: “El abandono, la perdición y la muerte declaran: El rumor de su renombre ha llegado hasta nuestros oídos” (Jb 28, 22) A causa de su intensa ocultación según la terminología de la Torá se la llama Hu, como alguien que jamás está presente. ¿Cómo? Hemos explicado que Keter Elion es Ehie, que la línea del medio es YHVH, bendito sea, y que Malkut es Adonai, estas tres sefirot representan el fin el principio y el medio. Para cada una de ellas existe en la Torá un término que permite conocer alusivamente a la sefirah. ¿Cómo? El nombre Ehie (seré, es un futuro) se representa de modo alusivo por el término Hu. Como alguien que no puede soportar su inmensa ocultación.
El nombre Ehie (seré, es un futuro) se representa de modo alusivo por el término Hu. Como alguien que no puede soportar su inmensa ocultación.
A esto se alude en diferentes lugares de la Torá, pues es el mundo de la misericordia de donde vendrán el perdón y la absolución […]. “Hu, en su misericordia, borra todas las culpas en vez de devastar” (Sl 78, 38) Si analizas con cuidado este versículo descubrirás multitud de cosas que ya hemos explicado. Todo esta contenido alusivamente en este versículo “Hu es justo e íntegro” (Dt 32, 4) […]. Así “Hu es tu alabanza, Hu es tu Dios” (Dt 10, 21) o “YHVH Hu, es Elohim” (1 R 18, 39) Deben analizarse los pasajes similares […] a fin de descubrir el vínculo entre Hu y “alabanza” y Hu y “Elohim” […] Los cabalistas saben que Hu es “tu alabanza” y “tu Elohim”, pues aquí se alude a la justicia (o al justo, tzedeq) superior y al inferior, que son el secreto de las dos he del Nombre único, con el que todas las sefirot están conectadas.[…] Y si no hubiera habido la influencia permanente de la misericordia, llamada Hu, sobre la sefirah Adonai, durante la estancia en el desierto, si no hubiese difundido su bendición, su faz radiante y su misericordia en numerosas ocasiones, la sefirah Adonai habría abandonado a Israel en el desierto. […] Palabra profunda que el hombre recibe por cábala oral a fin de saber cómo progresar y cómo comprender el modo en que la misericordia se conecta con las demás sefirot y como mezcla el atributo del rigor con la misericordia.
El justo y el Nombre
Quisiéramos concluir con un fragmento extraordinario del Shaarei Orah que se refiere al papel del justo, que, como explica Gikatilla no se limita a ser liberado de su prueba o del pecado de la caída, sino que, gracias a él, los dos mundos, el cielo y la tierra, son glorificados porque en él tiene lugar la unificación del Nombre:
Cuando tengas confianza en Dios, bendito sea, con el corazón sereno llamarás y YHVH te responderá. Comprende el versículo: “Me llama y le respondo. Estoy junto a él en la aflicción” (Sl 91, 15). La comprensión de este versículo está en “Me llama” mediante el atributo de la gran misericordia, entonces “le respondo. Estoy junto a él en la aflicción, le libro y le glorifico” (id). Cuando un hombre es castigado aquí abajo, los canales, por así decirlo, son destruidos en lo alto. Así, alegóricamente: “Olvidarás la roca, que te puso en el mundo” (Dt 32, 18) […]
Gracias al justo los dos mundos son glorificados porque en él tiene lugar la unificación del Nombre: «Me llama… y le respondo»
Es el secreto de: “Estoy junto a él en la aflicción” y al final de este versículo se dice: “le libro y le glorifico”. ¿Qué significa “le glorifico”? Aquí se explica un concepto importante pues aunque el mundo de la gran misericordia aparezca y que todas las sefirot, inferiores y superiores, se llenen de alegría, bendiciones y emanaciones, no es suficiente que un Justo sólo aspire a ser liberado de su prueba. Después de que haya provocado la bendición de todas las sefirot, es conveniente que sea glorificado en lo alto y en lo bajo: “Su gloria resplandece ante los ancianos” (Is 24, 23) y “La gloria es la parte de los sabios” (Pr 3, 35) He aquí la alegoría: “Le glorificaré”, haré que se adhiera a él la luz llamada kavod (‘gloria’, ‘peso’). Comprende todo esto como es debido. (4)
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NOTAS
- J. Gikatilla, Les Portes de la Lumière, (Shaarei Orah), ed. Lahy, Roquevaire, 2001-2003, p 128.
- Ídem, pp. 259 y ss.
- Ídem, pp. 287 y siguientes.
- Ídem, pp. 286-287.