Jorge Egea. Fragmento de la tesis doctoral «Modelado, Creación y Conocimiento. Spiritus Classicus». Escultor: J. S. Jassans.

blanc.cVer comentario al final de la serie de imágenes

El cuerpo o el retrato modelados, participan del estado híbrido, entre materia y espíritu de toda obra creada, que no siempre podemos encajar en la estructura de la lógica racional.

En la lógica del modelado, el conocimiento se adquiere con y mediante la forma de la materia. De esta manera, la belleza de las formas que nos proporciona la representación del rostro, sus formas particulares y concretas (a través de un pliegue, de un párpado, de esa intersección de volúmenes que estamos observando), nos enseña una serie de cualidades formales, unidas indisolublemente a unas cualidades espirituales. Ambas nos hacen profundizar en el sentido ulterior de este universo formal, de su generación y de nuestra generación; pero a la vez, y sin dejar de mostrar estos valores, seguimos admirando ese pliegue, ese ojo o ese volumen, es decir, el cuerpo que tenemos ante nosotros.

El soplo de lo espiritual, de lo humano, forma parte del poner en pie la materia, de su levantamiento, e identifica la forma y nos identifica con ella. La figura humana, como medida de todas las cosas, centra y concentra el núcleo esencial de la representación.

Desde el principio, el hombre amasa el barro, le da forma, es decir, lo modela. La historia no comienza con la escritura, sino con la acción y la huella sobre el barro. Este acto sencillo permite que el ser humano se interrogue sobre sí mismo y, al mismo, tiempo permite que los demás se interroguen a sí mismos; permite establecer un diálogo de interrogantes entre él y los demás, pues cuando modelamos, modelamos la materia (sujeto), pero al modelar, el modelado nos crea (objeto), nos actualiza, va determinando nuestra manera de percibir y de comunicarnos: la creación nos modela. Tomar conciencia de este centro de sujeto creador (sujeto~objeto, activo~pasivo) nos lleva a relacionarnos con la materia de una manera íntima, es también ser materia misma de la creación. Ya que, en tanto que objetos creados, formamos parte de la creación

En potencia, en la forma del barro preexiste toda forma. Pero el barro comulga de lo espiritual, y es aquello espiritual lo que debe ser rescatado por el creador al modelar: el hálito, el aire, el alma, el pneuma del barro, que espera como material sensible, como película fotográfica, como espejo, a ser preñado por la acción modeladora, a recibir imagen, a re-presentar. ­­

Jorge Egea. Departamento de Escultura. Facultad de Bellas Artes de Barcelona

Fotografías: Ramón Casanova y Jorge Egea

Volver a Índice Revista 2