Resumen de la sesión del «Seminario del Pensamiento Hermético» que tuvo lugar en el Ateneu barcelonès el día 10 de marzo de 2023.

Presentación de Raimon Arola

Es un lujo tener a Edmond Armisen entre nosotros. Es alguien que lo sabe todo sobre todo de la masonería hispánica, que lo ha visto todo, y estamos muy agradecidos que haya aceptado hablarnos hoy. Creemos que esta charla es importante porque la masonería sufre un desprestigio social totalmente injusto originado por una leyenda negra creada por no se sabe quién y es una lástima que un bagaje hermético tan fundamental como el masónico se desconozca por tantos prejuicios creados a su alrededor.

El versículo de “El Mensaje Reencontrado” que da origen a esta charla se refiere a la palabra escencial y substancial transmitida por el maestro y esto es lo que debería ser el origen de todas las sociedades iniciáticas como la masonería. El versículo dice así:

“La palabra esencial y substancial transmitida por el maestro es lo que nos hace herederos del Altísimo, a condición de que la recibamos santamente con gratitud y no profanamente con malicia”. (MR 24, 13)

Esta palabra, quiza podría ser la palabra de paso de la masonería que es una sociedad propiamente iniciática. En este caso no hablaremos mucho del verículo pero si de la masonería.

Las Constituciones de Anderson es el primer libro que trata de la masonería moderna. Aparece en plena Ilustración, una época en la que también aparecen los museos, las universidades, las enciclopedias, es decir, cuando se recoge y se reúne todo el saber anterior seguramente por temor a que se pierda ya que, en muchos casos, ha dejado de ser una ciencia viva. La masonería es un elemento más de esta reunión de recuerdos, en este caso símbolos. Pero esto es lo que nos va a explicar Edmon.

The Constitutions of the Free-Masons, 1723

Exposición de Edmond Armisen

En primer lugar dar las gracias a Raimon Arola por haber creado este seminario sobre el Pensamiento hermético que debería llevar a una recuperación de la identidad vivencial y espiritual de gente en este mundo actual.

Dicho esto, podríamos preguntarnos sobre el inicio de la masonería y diríamos que es un corriente con antiguas incorporaciones de constructores que tenían sus propias formas, sus propios secretos que solo ellos conocían y se transmitían, de tal modo, que los hijos de quienes pertenecían a un gremio solo podían casarse entre sí. Se trataba de unos conocimientos secretos que se transmitían de padres a hijos sin salir nunca del gremio.

Una cosa semejante sucedía entre los templarios con su idea de la reconstrucción del Templo de Salomón. En sus viajes a Tierra Santa recogieron la sabiduría de otras tradiciones lo que generó una universalidad de conocimientos que propició un enfrentamiento con el Papado de Roma. Cuando este enfrentamiento alcanzó su punto álgido, los templarios que en aquel momento se refugiaban en Escocia, se disolvieron y se sumergieron en las familias escocesas que los acogieron y protegieron. Es entonces cuando surge la primitiva masonería anterior a Anderson y que estaba implicada con los constructores operativos y con un componente y un compromiso espiritual cristiano que también recogía elementos de alquimia o hermetismo.

Este movimiento llegó al continente y en Francia se formó un grupo llamado de la “estricta observancia”, es decir, de la estricta observancia templaria.

La masoneria especulativa

En Inglaterra surgió la masonería moderna con cuatro logias que decidieron ser especulativas en vez de operativas. Es decir, permitieron la entrada a los no constructores y se convirtieron en grupos de conocimiento, unos grupos discretos que atraían a la gente más o menos culta. Estas cuatro logias se unieron en una sola y encargaron la redacción de su constitución a James Anderson, un pastor protestante. Este escrito se conoce como las Constituciones de Anderson y desde Inglaterra se expandió por toda Europa.

Los masones actuales se reunen en logias y cumplen los requisitos de ser una persona honorable y con una creencia en un principio espiritual, a esto se le llamó la masonería regular.

Los elementos simbólicos y de comunicación iniciática se transmiten a través de estas logias que potencian la evolución humanística y espiritual de sus miembros. Una evolución que cada uno vivencía desde su propia libertad.

Las sesiones masónicas son como una obra de teatro donde se reproducen todos aquellos elementos simbólico que han sido importantes en la construcción del ser humano actual, lo que permite que, al entrar en contacto con estos elementos arcaicos, ya sean cabalísticos, alquímicos o simbólicos, la persona que los vive recibe un tipo de conocimiento vivencial, no intelectual, pero que llega al plano consciente.

En una logia nos situamos en la centralidad del mundo y los símbolos y los ritos nos permiten tener la percepción de este espacio y tiempo sagrados y además lo hacemos junto a nuestros “hermanos” que simbolizan toda la humanidad, lo que permite al masón saltar de nuestro magnífico “yo” a una comunión con el género humano. Todo ello potencia el que cada uno de los miembros que asisten a las sesiones desarrolle un núcleo de luz y sabiduría. El gran secreto de la masonería no son sus ritos, sino la naturaleza divina del ser humano. Desvelar y levantar esta naturaleza divina en el ser humano.

William Blake, El anciano de los días, s. XVIII. Emblemas masónicos: “A la gloria del gran arquitecto del universo”.

Hay muchas maneras de denominar a esta divinidad, en la Masonería se llama el Gran Arquitecto del Universo, algo que es muy interesante porque rompe con las divisiones sectarias de las religiones. Cada uno aporta sus trabajos, llamados “planchas”, en los que jamás se refiere a ninguna política ni religión concreta, sino a una búsqueda espiritual común.

En relación al Gran Arquitecto, existen en la Masonería multitud de elementos geométricos y pitagóricos, también otros tomados de la tradición hebrea, como por ejemplo el Nombre sagrado de 4 letras, el Tetragrama.

El templo

La logia funciona con una persona que se elige cada uno o dos años, que se conoce como venerable maestro. Antiguamente solo existían dos grados en la masonería, los aprendices y los compañeros, la idea de un tercer grado de maestro surgió más tarde.

Los maestros son quienes definen el plano que se ha de seguir para la construcción del Templo.

Templo de la Gran Logia de Colombia

En la logia, el maestro está sentado en el este, en el Oriente. Tiene dos ayudantes: el primer vigilante y el segundo vigilante. El primero se ocupa de orientar a los compañeros, el segundo, de la formación de los aprendices.

Junto a la puerta se halla el guardatemplo que vigila que nadie profano penetre en él. Otro cargo es el de secretario que toma nota de la sesión y un orador que se asegura de que las intervenciones sean correctas.

El maestro de ceremonias es quien organiza los movimientos dentro de la logia y el experto que se encarga de ayudar al neofito en las ceremonias de iniciación.

En el altar están las llamadas tres luces: el libro de ley sagrada, la revelación,  la escuadra que representa el equilibrio y el compás que representaría la creatividad. En el centro de la logia se levantan tres columnas que representan las tres luces y también al venerable maestro y a sus dos ayudantes. Entre las tres columnas se encuentra el cuadro de la logia que viene a simbolizar el Templo de Salomón y, según el grado, aparece representada una cosa u otra, durante las reuniones se pueden hacer preguntas sobre el significado de los elementos representados.

El suelo esta formado por el cuadrado mosaico de cuadrados blancos y negros, significando con ello que el ser humano está sometido al binario del si y el no, lo bueno y lo malo, etc., pero el iniciado tiene ante él el Oriente, en el que aparece el trinario representado por las tres columnas, la superación del binario por un tercero.

Cámara de reflexión y viaje del aprendiz masón. Enciclopedia del s. XIX

En el rito escocés, a quien va a ser iniciado se le encierra en un a sala a oscuras con una serie de símbolos, a este lugar se le llama la cámara de reflexión.  Finalmente, la ceremonia de iniciación comporta la vivencia de los cuatro elementos, fuego, aire, agua y tierra y la ceremonia comporta la toma de conciencia vivencial de estos cuatro elementos, pero no la vamos a explicar porque eso queda para quien sienta el deseo de iniciarse.