Serie fotográfica de Manel Armengol titulada “Passion for Iceland” -que reproducimos parcialmente- acompañada de una reflexión de Martin Heidegger sobre al existencialismo, tomada de la Enciclopedia Herder. Edición R. Arola y L. Vert

blanc.1 - copia

PASSION FOR ICELAND (10)

PASSION FOR ICELAND

Iceland, july 2004

PASSION FOR ICELAND

Iceland, july 2004

Iceland, july 2004

PASSION FOR ICELAND (11)

PASSION FOR ICELAND (12)

Iceland, july 2004

Iceland, july 2004

Iceland, july 2004

PASSION FOR ICELAND

Iceland, july 2004

Iceland, july 2004

PASSION FOR ICELAND

PASSION-FOR-ICELAND-(17)

 ♦

Las fotografías de Manel Armengol de la serie Passion for Iceland  plantean preguntas, estados de ánimo trascendentes, comprensiones sin razón. Sus paisajes islandeses conducen al espectador hasta la pregunta básica que desde siempre ha preocupado al ser humano: ¿qué es el ser? Para seguir cuestionándose después, ¿dónde comienza, de dónde emerge?, ¿desde qué destino del ser llega el pensar la diferenciación en el ser como ser de la esencia y ser de la existencia?… En la búsqueda de las respuestas a estas preguntas no podemos sino acudir al pensamiento de Martin Heidegger sobre el existencialismo en un fragmento de una de sus cartas seleccionada por la Enciclopedia Herder donde hace una crítica al existencialismo que varía el orden de las definiciones metafísicas, pero que no se aparta de ellas:

“Lo fundamental del existencialismo es expresado por Sartre así: La existencia precede a la esencia. En esto toma la existentia y essentia en el sentido de la metafísica, que desde Platón afirma: la essentia precede a la existentia. Sartre invierte la frase. Pero una frase metafísica invertida sigue siendo una frase metafísica. Tanto él como esta frase siguen manteniéndose con la metafísica en el olvido de la verdad del ser. Pues aunque la filosofía pueda determinar la relación entre la esencia y la existencia, ya sea en el sentido de las polémicas medievales, ya sea en el de Leibniz o de otra manera, lo que queda ante todo por preguntar es: desde qué destino del ser llega al pensar esta diferenciación en el ser como ser de la esencia y ser de la existencia”.

“Ahora bien, el ser, ¿qué es el ser? Es él mismo. El pensamiento del futuro ha de aprender a experimentar y a decir esto. El ser; esto no es Dios y no es un fundamento del mundo. El ser está más allá de todo ente y es a la vez más cercano al hombre que todo ente, ya sea una piedra, un animal, una obra de arte, un ángel o Dios. El ser es lo más cercano. Pero lo más cercano es para el hombre lo más lejano. El hombre se atiene primeramente, siempre y únicamente al ente. Pero cuando el pensar representa al ente en cuanto ente, ciertamente se relaciona con el ser. No obstante el pensar piensa por cierto siempre y únicamente al ente en cuanto tal y no precisamente al ser en cuanto tal. La «pregunta del ser» sigue siendo siempre la pregunta por el ente. La pregunta del ser no es siquiera lo que se apunta en este arduo título: la pregunta por el ser.

El ser está más allá de todo ente y es a la vez más cercano al hombre que todo ente, ya sea una piedra, un animal, una obra de arte, un ángel o Dios.

“Pero la metafísica conoce la luz del ser, sea únicamente como la contemplación de lo presente en su «aspecto» (idea), sea críticamente como lo contemplado de él por el representar categorial desde la vertiente de la subjetividad. Esto significa: la verdad del ser en cuanto luz queda oculta por la metafísica”.

“Nosotros pensamos habitualmente el lenguaje en correspondencia con la esencia del hombre, en cuanto nos representamos ésta como animal racional, esto es, como una unidad de cuerpo-alma-espíritu. Pero así como la humanidad del hombre animal vela la existencia y con ella la referencia de la verdad del ser al hombre, así la interpretación metafísico-animal del lenguaje oculta su esencia histórico-existenciaria. De acuerdo con esta esencia, el lenguaje es lo que es apropiado y acaecido por el ser mismo, y acotado desde él. Por esto hay que pensar la esencia del lenguaje desde esta correspondencia, es decir, como habitación o morada del hombre”.

INFORMACIÓN DE LA WEB DE MANEL ARMENGOLa